La vuelta del partido entre Celtic y Lazio, por la cuarta fecha de la Europa League que se disputó este jueves, dejó mucho más que las consecuencias futbolísticas de la agónica victoria por 2-1 que los escoceses lograron en Roma, la primera en su historia de visitas a Italia. Casi que pasó inadvertido el hecho de que, con esta derrota, el conjunto italiano queda complicado para la clasificación a dieciseisavos de la competencia, ya que quedó tercero en el Grupo E (con tres puntos, a siete del líder Celtic).
Lo que se viralizó fue la imagen de Olivier Ntcham, delantero del equipo escocés, que saltó del banco y en el quinto minuto de descuento marcó el gol del triunfo, silenció a la hinchada del Lazio, conocida por su racismo y su simpatía con el fascismo italiano, y festejó el tanto haciendo una voltereta que, en las redes sociales, incluso se comparó con la imagen de Benito Mussolini en Piazzale Loreto, donde el dictador fue ahorcado.
Ciro Immobile había abierto la cuenta para el Lazio a los siete minutos de iniciado el juego, y James Forrest había empatado para los escoceses antes del final del primer tiempo. Lo cierto es que la contienda ideológica entre las hinchadas ya había comenzado mucho antes: ya desde la previa al juego de ida, la UEFA sancionó al club italiano luego de que sus aficionados hicieran el saludo nazi en la victoria sobre el Rennes (2-1) el pasado 3 de octubre. Y ya en el primer encuentro entre ambos equipos, el 24 de octubre en Escocia, los locales se manifestaron en contra del dictador Mussolini, mostrando una gran pancarta con su imagen colgado y ahorcado y una leyenda que decía "Sigue a tu líder".
Lo cierto es que, por fuera del fútbol, los "ultras" de Lazio llevaron su violencia incluso más allá de gestos y palabras cuando, en su recepción a la afición escocesa, apuñalaron a dos hinchas del Celtic el miércoles por la noche, en la previa del encuentro. Un grupo de hinchas romanos ingresaron a un local nocturno llamado "Flann O'Brien Irish bar" (ubicado en el centro de la capital italiana) y quisieron obligar a los escoceses a hacer el "saludo romano" pero, ante la negativa, los hirieron.
Aunque los jóvenes están fuera de peligro -tras ser intervenidos quirúrgicamente-, desde alguna pantalla habrán podido seguir el histórico triunfo del Celtic, acompañando el latir de los 8.998 hinchas que sí lo palpitaron en el Olímpico de Roma, y viendo cómo su delantero francés dio vuelta la historia sobre la hora, silenció a una hinchada que se asume fascista y reivindica crímenes de lesa humanidad, y dejó al Lazio al borde de la eliminación.