"Con Amores Tangos hay una historia que empezó hace bastante tiempo. Me vanaglorio de ser el primer cantor de los Amores Tangos, porque ellos tienen la sana costumbre de invitar muchos cantores, entre ellos el Negro Falótico, Limón García, Osvaldo Peredo; pero siempre digo que cuando empezaron fui el primero", cuenta Hernán "Cucuza" Castiello a Rosario/12. Amores Tangos Orquesta de Carnaval canta con "Cucuza" Castiello se presenta esta noche, a las 21.30, en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645).
"Obviamente que hay una cercanía, que viene de hace mucho tiempo. Pero a diferencia de las tantas fechas que hemos hecho, hace un tiempo que hemos planteando algo realmente compartido, de manera conjunta. Y eso incluye la elección del repertorio, que está más balanceado con tangos y con su música", refiere el cantor en su relación con la orquesta que dirige José Teixidó. "Desde luego, hablamos de músicos que tocan muy bien. Dentro de lo que es el tango, me parece que no soy alguien demasiado tradicional en el sentido del abordaje; mi manera quizás no es la más conservadora del tanguero, y ese costado mío junto con los Amores se potencia. En su repertorio, ellos incluyen cumbias, cosas relacionadas con el candombe y con la música del Río de la Plata; y los tangos que abordamos los hacemos con su estilo, que es bastante más alegre. Mi experiencia con ellos es totalmente placentera en lo musical y en cuanto al disfrute en vivo", continúa Castiello.
"A Rosario la comparo con lo que fue Buenos Aires en el
2000, donde el tango encontró una especie de resurgimiento".
--Podría decirse que hay un requerimiento mutuo.
--No es hiriente decir que los dos recurrimos al otro. Esto de buscarnos era algo que en algún momento iba a pasar. En el noviazgo la pasábamos bien, y ahora buscamos formalizar la relación (risas).
--Dado tu apego al barrio y la música popular, ¿cómo pasaste estos últimos años?
--Yo vengo del barrio, algo que no puedo ni quiero ocultar. De hecho, en mis propuestas hay un antes y un después con lo que empiezo a hacer en bar El Faro, en Villa Urquiza, del que yo vivo a dos cuadras. Allí decidí hacer un ciclo de tangos en el 2007: "El tango vuelve al barrio". ¿Por qué te hago toda esta introducción? Porque desde siempre estoy ligado a la música. Me crié en un barrio, que es Villa Ortúzar, y no puedo estar del todo separado de lo político. Si soy cantor de tango y si vengo de un barrio, automáticamente estoy cercano a lo popular, a lo sensible. Y si te nombro popular y sensible, te estoy hablando de política. Estoy buscando todo el tiempo esa cuestión de cercanía, desde lo que yo hago. Mis aportes a la política son desde este costado, desde lo popular, como cantor, como cuando hay una movida vinculada con el cierre de un espacio público, de un teatro barrial, o si se trata de cantar en Villa 31. Esto no es una bandería política, sino algo que tiene que ver con la crianza, con ser sensible a ciertas carencias.
--Y ser coherente con lo que anida en el tango, ¿no?
--Siempre digo que es ser tan coherente como inconsciente con la crianza, porque todo lo mío viene de allí, de mi viejo, de mi barrio. El tango viene de mi barrio, o sea que es ser coherente con eso.
--En ese sentido, tocar con tu hijo Mateo debe ser especial.
--Me hablás de mi hijo y me tiro de cabeza, me envalentono. Mateo fue evidentemente criado en un ambiente de música, también desde espacios con muy buenos guitarristas viniendo a mi casa, o criándose en las recaladas. Creo fervientemente que las generaciones se mejoran. En él veo sentimientos mejorados en cuanto a mí mismo. Además, el tipo es musicalmente increíble. Recibió una semillita que hizo crecer. Imaginate, tocar con él es maravilloso, pero además de ser padre soy cantor, y como pocas veces me siento tan bien con un guitarrista como él. Tiene sus canciones y proyectos, es una persona y un músico increíbles.
--¿Cómo ves el ambiente tanguero de Rosario?
--Veo a Rosario como una de las ciudades más importantes en el crecimiento del tango, junto a Mendoza y Córdoba. Pero a Rosario la comparo con lo que fue Buenos Aires en el 2000, un año tan malo para el pueblo, pero en donde el tango encontró, si se quiere, una especie de resurgimiento. Yo he ido a Rosario y vengo viendo ese germen, ya crecido, con esa polenta y esos músicos, con los compositores y cantores que aparecen. Es una de las ciudades en donde el tango más se ha desarrollado.