Franco Exequiel Flores, de 25 años, declaró ayer en la Fiscalía de Derechos Humanos. Fue golpeado y demorado por la Policía en Orán el pasado 2 de noviembre a las 13.30 cuando salíó de la casa de su madre. La Policía lo confundió con alguien que había sustraído un teléfono. No lo registraron en ninguna comisaría mientras lo mantuvieron privado de su libertad por una hora. Al final lo dejaron en el Hospital San Vicente de Paul, cuando se convencieron de que no había robado nada y de que no se podía movilizar porque le habían quebrado la pierna. A la madre no le tomaron la denuncia ni en la Comisaría 9 de Julio ni en la Comisaría 20, que estuvieron a cargo del "operativo" en busca del ladrón de teléfonos.
Flores fue a visitar a su madre el pasado sábado, contó que salió a comprar juguitos congelados por la calle Los Cedros. Vio un móvil policial y decidió volver a la casa corriendo. "Yo me asusté porque andaban llevando a cualquiera", explicó a Salta/12. Dijo que le gritaron para que se detuviera y que lo hizo pero que se bajaron con violencia. Relató que un uniformado lo pateó por atrás y provocó que cayera al suelo "me quebraron, me arrastraban como perro, y me arrojaron como bolsa de papa a la camioneta. Me siguieron golpeando, eran como siete, me preguntaban dónde estaba el teléfono". Sostuvo que cuando él explicaba que no sabía, que no había hecho nada, le pedían nombres de los supuestos responsables de la sustracción de un celular. Detalló que los integrantes de la fuerza de seguridad no estaban identificados.
El joven recordó que en el móvil fueron hasta la Comisaría 9 de Julio pero que no lo bajaron y lo tuvieron "tirado boca abajo" en la camioneta. Allí llevaron a una mujer para que dijera si era él quien le había robado, ella dijo que no. Después de una hora demorado y sin que quedara asentada esa privación de la libertad en ninguna comisaría, lo llevaron al Hospital San Vicente de Paul. "No me podía levantar, me quebraron la pierna izquierda. Me dejaron solo en una camilla, hablaron con el doctor y se fueron", contó Flores.
Su madre, Rosa Flores, relató a Salta/12 que se enteró por las vecinas que su hijo había sido llevado por la Policía. Cuando fue a ver qué había pasado en la Comisaría 9 de Julio le dijeron que hubo un error, que lo habían confundido con alguien que sustrajo un teléfono. "Me dijeron que se había caído y que lo busque en el Hospital (...) No me imaginaba que era tan grave hasta que vi a mi hijo enyesado". La mujer dijo que en las comisarías 9 de Julio y 20 se negaron a tomarle la denuncia y que la mandaban de una dependencia a la otra. Con la asesoría del abogado Hernán Mascietti y, ya cansada de dar vueltas, la mujer pudo asentar su denuncia recién el martes último en la Fiscalía de Derechos Humanos de Orán. "No quiero que nadie más pase por lo que estoy viviendo. Que se haga justicia y no le vuelva a pasar a nadie", manifestó.
Rosa Flores especificó que cuando fue a las dependencias policiales le dijeron que el operativo surgió de la Comisaría 20.
El joven estuvo cuatro días internado, el 12 de noviembre lo van a operar, tiene quebrada la tibia y el peroné y deberán colocarle una prótesis. Franco Flores contó además que por esta la situación no puede ir trabajar, solía hacerlo en las cosechas y otras tareas de campo en una finca o como bagayero, cuando no surgía otro trabajo. Su madre es empleada doméstica y expresó que tiene miedo de que la dejen sin trabajo porque debe pedir permiso para cuidar a su hijo y para seguir el trámite de la denuncia.
Este jueves Rosa Flores sostuvo que una mujer policía fue a decirle a su hijo que hoy lo buscarán para llevarlo a que lo revise el médico legal. La madre dijo que esto le preocupa. Franco contó que en Orán, cerca del límite con Bolivia por Aguas Blancas, la Policía es "violenta, no te hablan bien". Su madre rememoró que hubo otros casos que se hicieron públicos de violencia policial. Ahora madre e hijo esperan que la justicia actúe.