Para el defensor irlandés Pierce Sweeney no se trató de una práctica más con el Exeter, el equipo en el que juega en la League Two, la cuarta división del fútbol inglés.
Durante un entrenamiento, el jugador de 25 años recibió la pelota en la ángulo derecho del área y soñó clavarla junto a un palo del arquero. Sin embargo, remató con tan mala puntería que el balón voló varios metros por encima del travesaño y viajó hacia la zona donde estaban estacionados todos los autos de su compañero.
Y tanta mala fortuna tuvo Sweeney que su voleo, que iba sin destino, viajó directo hacia su Mercedes Benz oscuro, rompiéndole el parabrisas. Al comprobar la situación, el lateral derecho se agarró la cabeza, lamentándose por lo sucedido.
Más tranquilo, el propio futbolista subió el video a las redes sociales, mientras que el diario The Sun tomó nota de lo sucedido y consideró que Jonny Wilkinson, el legendario pateador de la selección inglesa campeona del mundo de rugby, estaría orgulloso si hubiese podido darle semejante altura a un remate.