El nominado del presidente estadounidense, Donald Trump, para ser el nuevo Director de Inteligencia (DNI), Dan Coats (foto), tuvo un aperitivo ayer de lo que será su caballo de batalla si es confirmado para el puesto: conocer los detalles de la supuesta influencia rusa en la Casa Blanca.
Los miembros del Comité de Inteligencia del Senado no dejaron pasar mucho, tras los tradicionales formalismos, para recordar a Coats, senador republicano hasta el pasado enero, que uno de sus “primeros retos” será colaborar en la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones generales del pasado noviembre.
El presidente del Comité de Inteligencia, el senador Richard Burr, le pidió colaborar también para determinar “si operativos políticos tuvieron contactos con Rusia”, incluidas personas cercanas a la Casa Blanca.
Coats aseguró que su objetivo como jefe de la inteligencia estadounidense, que coordina 16 agencias relacionadas con el espionaje, “no será tener un rol político, sino presentar la verdad al presidente”.
“No toleraré nada que no cumpla esos estándares”, subrayó el candidato.
Según el exsenador, que tiene apoyos entre excolegas republicanos y demócratas y cuya confirmación no parece complicada, está claro que “Rusia intentó influir en la campaña, pero no sabemos hasta qué punto fueron exitosos”. Asimismo, reconoció que “debe darse una respuesta y tiene que haber consecuencias” por los intentos de injerencia electoral rusa, al tiempo que pidió aclarar las intenciones de Moscú.
Coats se mostró favorable a que el Congreso investigue la influencia rusa en los comicios, en las que se impuso Trump a la demócrata Hillary Clinton. Trump había alabado durante la campaña al estilo de Gobierno del presidente de Rusia, Vladimir Putin. El lunes, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes acordó examinar, además, los supuestos contactos de miembros del equipo de Trump con representantes del Kremlin.
La Oficina del DNI fue creada tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU. con la intención de evitar la descoordinación de las agencias de inteligencia y el último director, James Clapper, ha sido muy crítico de Trump por sus ataques a los servicios secretos. Durante su etapa en el senado, Coats ha sido un férreo crítico de la Rusia de Putin, especialmente tras su intervención en Ucrania y la anexión de Crimea en 2014.