El presidente electo de la Argentina, Alberto Fernández, y la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner denunciaron a través de sus cuentas de tuiter un golpe de Estado en Bolivia después de que el presidente Evo Morales renunciara a la presidencia de su país "para preservar la vida de los bolivianos" en medio de un clima de creciente violencia alentado por la oposición, que rechazó la convocatoria a nuevas elecciones aceptada por Morales por recomendación de la OEA. "En Bolivia se ha consumado un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército. Es un golpe perpetrado contra el presidente @evoespueblo que había convocado a un nuevo proceso electoral", tuiteó el presidente electo del Frente de Todos.
Fernández agregó en otro tuit que espera "que las autoridades actúen bajo ese mismo principio preservando la integridad física de quienes puedan resultar perseguidos por el golpismo y colaboren hasta el diez de diciembre con la recuperación de la democracia en Bolivia" y agregó que "el compromiso de la Argentina con la institucionalidad y contra cualquier forma de golpe de Estado en el continente debe ser total".
Por su parte, la senadora y vicepresidenta electa publicó un tuit en el que afirma que "en Bolivia, manifestaciones violentas sin ningún tipo de limitación por parte de las fuerzas policiales incendian viviendas y secuestran personas mientras las Fuerzas Armadas le `sugieren´ al presidente indígena y popular Evo Morales que renuncie. En Chile, masivas movilizaciones durante semanas piden la renuncia del presidente neoliberal Sebastián Piñera y Las Fuerzas Armadas y policiales reprimen brutalmente. Lo de Bolivia se llama golpe de Estado". Y agregó: "Si queremos vivir en paz, es hora de que haya pronunciamientos y, sobre todo, acciones claras en defensa de la democracia, independientemente de cuál sea la orientación política de los gobiernos que surgen de la voluntad popular".
El diputado Felipe Solá, que suena como canciller de Fernández, también eligió tuiter para plantear su postura sobre la forzada renuncia de Morales. "Los políticos opositores, las Fuerzas Armadas y policiales son responsables de la seguridad de #Evoespueblo, su vice y los integrantes y representantes de su gobierno. Unos usaron el odio y los otros la pasividad para la guerra. El presidente Morales renunció por la paz", escribió.
El PJ Nacional también dejó sentada su postura. Con la firma de su presidente, José Luis Gioja y del responsable partidario de las Relaciones Internacionales, Jorge Taiana, repudiaron el golpe de Estado en un comunicado en el que afirman que "El Partido Justicialista repudia con su su mayor energía el golpe de Estado consumado en la hermano país . La forzada renuncia del presidente Evo Morales y del vicepresidente Alvaro García Linera es la consecuencia de un golpe cívico, político y policial que de manera abierta intentó descalificar el triunfo electoral y que, incluso desde antes de las elecciones que se realizaron el veinte de octubre, anunciaron la decisión de desconocer cualquier resultado que favoreciera al presidente Evo Morales". En el texto se agrega que "la multiplicación de los actos de violencia con alto componente racista por parte de fuerzas opositoras, que violaron normas de convivencia básica, intimidando y agrediendo a seguidores y autoridades del oficialismo son la expresión de una escalada que buscó desestabilizar al gobierno de Bolivia, que representó el primer y único gobierno indígena de la historia de Bolivia y que además realizó notorias mejoras económicas y sociales para el país y para los más humildes, devolviendo la dignidad a una población indígena sometida por siglos".
Por su parte, el bloque de diputados del FPV-PJ repudió el golpe e instó a los organismos internacionales y al arco político de la región "a trabajar para que Bolivia recupere a la brevedad el orden constitucional y la democracia".