Evo Morales calificó de “discriminadores y conspiradores” a Carlos Mesa y Fernando Camacho, a los mentores del golpe de Estado en Bolivia . El presidente depuesto instó además a los promotores de la interrupción del orden democrático a asumir “su responsabilidad de pacificar el país” y garantizar “la estabilidad política y convivencia pacífica”.
La declaración de Morales a través de su cuenta personal en Twitter es la segunda desde que fue obligado a presentar su renuncia tras las amenazas de las Fuerzas Armadas y de seguridad, garantes del golpe a través del uso de las armas.
“Mesa y Camacho, discriminadores y conspiradores, pasarán a la historia como racistas y golpistas. Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo”, fue la declaración del presidente constitucional que, además destacó que “el mundo y bolivianos patriotas repudian el golpe”.
A través de un segundo tuit, el mandatario sobre cuya renuncia aún no se pronunciaron las instituciones que debieran garantizar que se respete la cadena sucesoria y el estado de derecho, expresó su agradecimiento a los gobiernos y dirigentes del mundo que le manifiestan su apoyo y que “se comunican con recomendaciones, sugerencias y expresiones de reconocimiento” hacia él y su gobierno constitucional.
“Nos dan aliento, fortaleza y energía. Me emocionaron hasta hacerme llorar. Nunca me abandonaron; nunca los abandonaré”, prometió Morales en la declaración que hizo pública a primera hora del día.
Anteriormente, y luego de dar cuenta del golpe de Estado, el presidente depuesto retuiteó las declaraciones de apoyo
publicadas por varios dirigentes, entre ellos el presidente electo de la Argentina, Alberto Fernández; su vice, Cristina Fernández de Kirchner; el ex presidente brasileño Luis Inacio “Lula” Da Silva; el gobernador bonaerense electo, Axel Kicillof; y el referente de Podemos, el español Pablo Iglesias.
Lo que hasta ahora se sabe es que Morales se encuentra en el Chapare, su tierra natal del departamento de Cochabamba. Desde allí formuló sus declaraciones públicas, denunció el golpe contra la democracia y advirtió sobre el intento de detención ilegal en su contra anunciada por el propio Camacho. Luego, esa orden fue desmentida por el comandante de la Policía boliviana, Yuri Calderón.
Anoche, tras el mensaje televisivo en el que anunció su renuncia para pacificar el país y “para que no sigan quemando casas” de los dirigentes de su gobierno e “intimidando” y “amenazando” a sus familiares, también eligió la red social para responsabilizar al ex candidato presidencial Carlos Mesa y al ultraderechista Camacho, quien ayer a la tarde entró al Palacio Quemado (antigua sede de Gobieno) y se arrodilló ante una bandera boliviana y una Biblia.
"Renuncio para que Mesa y Camacho no sigan persiguiendo, secuestrando y maltratando a mis ministros, dirigentes sindicales y a sus familiares y para que no sigan perjudicando a comerciantes, gremiales, profesionales independientes y transportistas que tienen el derecho a trabajar”, dijo Morales.
Además, llamó a “continuar la lucha” y le aseguró al “el pueblo boliviano” que “no tengo por qué escapar, que prueben si estoy robando algo”. “Si dicen que no hemos trabajado, vean las miles de obras construidas gracias al crecimiento económico. Los humildes, los pobres que amamos la Patria vamos a continuar con esta lucha”, concluyó.
Este lunes, minutos después, en un último tuit, Morales denunció que “los golpistas que asaltaron mi casa y la de mi hermana, incendiaron domicilios, amenazaron de muerte a ministros y sus hijos y vejaron a una alcaldesa, ahora mienten y tratan de culparnos del caos y la violencia que ellos han provocado. Bolivia y el mundo son testigos del golpe”.