El canciller Jorge Faurie sentenció que para el gobierno saliente de Mauricio Macri “no hay ningún elemento suficiente para describir como un golpe de Estado” al derrocamiento del presidente Evo Morales y definió que lo que ocurre en Bolivia es “un impasse” hacia un “gobierno de transición”, ya que “las Fuerzas Armadas no han asumido el poder”.

“No están los elementos para describir esto con un golpe de Estado ya existente. Creemos que es muy importante el rol de las Fuerzas Armadas, que están simplemente para garantizar la continuidad de la vida institucional” de ese país, señaló Faurie durante una conferencia de prensa.

El canciller consideró, además, que “la situación de Bolivia pasa por un impasse donde la renuncia del presidente Evo Morales, su vice, el presidente de la Cámara de Diputados y la presidenta del Senado” agotaron “el límite de la transferencia del poder”.

En el mismo sentido indicó que “el paso correcto” será que una Asamblea Legislativa determine “un gobierno de transición” al “ex presidente” Morales. “Lo que nos parece sumamente importante que quede claro es que nosotros enfatizamos que son los propios bolivianos, a través de los mecanismos institucionales, los que van a permitir resolver esta cuestión”, añadió.

Los dichos con los que el titular del Palacio San Martín se refirió a lo que a todas luces es un golpe de Estado en el país vecino ratifican el posicionamiento negacionista de la administración de Juntos por el Cambio respecto de la interrupción del orden democrático.

También minimiza la incidencia que las fuerzas armadas y de seguridad, y sectores de la derecha, tuvieron en la decisión que tomó Evo Morales de dimitir al cargo luego de que el general comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kalliman, le pidiera públicamente “que renuncie” por “el bien de Bolivia”.

Para Faurie, esa declaración del militar que ejerció una fuerte presión en el gobierno socialista de Morales no tuvo ninguna incidencia. “No ha habido una intervención de las Fuerzas Armadas” en el caso, dijo y elogió a la cúpula castrense por impulsar “medidas de diálogo con distintas fuerzas políticas” para encaminar la situación.

“El hecho más valioso es que Bolivia se encuentra en un camino hacia la estabilidad”, destacó el canciller y, en nombre del gobierno de Macri, sostuvo que “el llamado a una segunda vuelta” en elecciones es “lo que va a aclarar el panorama político”.

Lo que sí condenó Faurie “con toda firmeza y claridad” fue el saqueo de la casa del presidente derrocado Evo Morales y del rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y miembro del Comité Nacional de Defensa de la Democracia, Waldo Abarracín.