El expresidente estadounidense Jimmy Carter, de 95 años, superó con éxito una intervención quirúrgica cerebral. La cirugía estaba programada debido a las hemorragias ocasionadas por caídas recientes. El procedimiento se realizó sin contratiempos, según informó la fundación The Carter Center. Ahora, el expresidente más longevo de la historia del país se recupera en un hospital del estado de Georgia. Su edad no le impide continuar con una activa militancia social y humanitaria después de abandonar la presidencia de Estados Unidos 38 años atrás.
Carter, que gobernó Estados Unidos entre 1977 y 1981, ingresó el lunes al hospital universitario Emory, en la ciudad de Atlanta, Georgia. Se sometió a una exitosa operación quirúrgica en la mañana del martes.
"El expresidente Jimmy Carter se está recuperando en el hospital universitario Emory después de una cirugía esta mañana para aliviar la presión en su cerebro debido a un hematoma subdural. No hay complicaciones derivadas de la cirugía", indicó el Centro Carter después de la operación.
El exmandatario "se quedará en el hospital el tiempo que sea aconsejable para someterse a observación", agregó la organización, que no planea emitir más comunicados hasta que Carter sea dado de alta. "El expresidente y la señora (Rosalynn) Carter agradecen a todo el mundo los muchos buenos deseos que han recibido", agregó.
Carter había sufrido tres caídas en los últimos meses: la última se produjo a fines de octubre en su domicilio de la ciudad de Plains, estado de Georgia, y le ocasionó una fractura menor de su pelvis, de la que se recuperó sin complicaciones. Salió del hospital al cabo de unos pocos días.
Anteriormente, también en octubre, el expresidente se cayó y los médicos tuvieron que darle puntos en una ceja: apareció un día después como voluntario de Hábitat para la Humanidad con un ojo morado y un vendaje que le cubría los 14 puntos de sutura. En mayo, Carter se rompió la cadera, también mientras estaba en su casa, y tuvo que someterse a otra cirugía.
El exmandatario había revelado en 2015 que tenía un cáncer de hígado que se había extendido al cerebro, pero después de seis meses de radioterapia y medicamentos experimentales, aseguró que concluyó con éxito su tratamiento.
Carter es el expresidente más anciano de la historia de Estados Unidos, con 95 años, uno más de los que tenía el expresidente republicano George H. W. Bush (1989-1993) cuando falleció en noviembre de 2018.
Carter, gobernador de Georgia, su estado natal, en 1970, llegó a la presidencia tras vencer a Gerald Ford en 1976. Su mandato estuvo marcado por la firma en 1978 de los Acuerdos de Camp David bajo su mediación, que resultó en un tratado de paz entre Israel y Egipto, y el establecimiento de relaciones diplomáticas con Beijing.
Pero su gestión se vio empañada por la crisis de rehenes de 1979, cuando 52 estadounidenses estuvieron retenidos durante 444 días desde el 4 de noviembre en la embajada de Estados Unidos en Teherán. Su fracaso para rescatarlos contribuyó a su derrota en noviembre de 1980 contra el republicano Ronald Reagan, cuya fecha de toma de posesión el 20 de enero de 1981 coincidió con la liberación de los rehenes.
Otra dura crítica a Carter fue su manejo de la crisis petrolera de 1979/1980: las imágenes de largas filas de vehículos esperando cargar nafta en las estaciones de servicio estuvieron asociadas durante mucho tiempo a su presidencia.
En Nicaragua, el expresidente estadounidense es considerado una pieza clave para el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza y el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979.
Aunque los más conservadores siguen criticando su gestión, el líder demócrata siguió influyendo en la vida política del país desde una perspectiva progresista. Ya retirado de la política partidaria, en 1982 fundó junto con su esposa Rosalynn el Centro Carter, una plataforma para la resolución pacífica de conflictos y la asistencia para el desarrollo que lo llevó a misiones de observación electoral y mediación humanitaria en países desde Cuba hasta Corea del Norte y Etiopía.
Carter escribió una veintena de libros desde que dejó la Casa Blanca, además de dar catequesis cada semana en una iglesia bautista de su localidad natal. En 2002, sus esfuerzos le valieron el Premio Nobel de la Paz. A pesar de su edad y los problemas de salud, el expresidente se mantiene notablemente activo.