Los defensores del golpe de Estado en Bolivia buscaron lavarle la cara al nuevo régimen en las redes sociales. Como parte de una campaña que busca legitimar la destitución del presidente Evo Morales, se detectó que, en el último par de días, se crearon más de 4500 cuentas nuevas que, sin tener casi ningún seguidor, accionaron en Twitter para instalar el hashtag #BoliviaNoHayGolpe.
"Hubo una clara acción coordinada de apertura de cuentas para darle volumen a esta conversación", declaró a Página/12 Luciano Galup, especialista en comunicación política y escritor del libro "Big Data y Política". Galup, director de la consultora Menta Comunicación, fue quien dio a conocer ayer que había miles de mensajes contra la figura de Evo provenientes de cuentas que casi no tenían seguidores: "Son 3612 las cuentas que participaron del #BoliviaNoHayGolpe y tienen entre cero y un seguidor. Y lo más escandaloso es hay 4492 cuentas que se crearon entre ayer y hoy para participar del HT. Crearon 4492 cuentas en dos días", tuiteó. Si bien reconoció que muchas de estas cuentas podrían ser genuinas - producto de una sociedad en efervescencia que, frente a la crisis, se abre una cuenta para poder participar -, Galup aseguró que la mayoría habían sido creadas para instalar un sentido de la interrupción democrática en Bolivia a nivel mundial.
"Ese tipo de acciones coordinadas no tienen mucho impacto en la política doméstica. Un Trending Topic no tiene efectividad sobre la gente que vive esas experiencias y ocupa esos territorios. Pero a nivel mundial pueden funcionar como propaganda", explicó Galup. Para el analista, la campaña en redes contra Evo tiene como objetivo legitimar el golpe y lavarle la cara al gobierno ilegítimo entrante. "Las dictaduras y los golpes de Estado necesitan legitimarse frente al concierto de naciones porque pueden haber sanciones. Funciona como una política exterior, no una doméstica", aclaró.
Evo anunciando su renuncia para evitar una escalada de violencia, Fernando Camacho ingresando al Palacio Quemado con una biblia y un rosario, incendios y saqueos en las casas de los dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS), movilizaciones en las calles a favor y en contra del golpe, la senadora Jeanine Áñez exigiéndole a las Fuerzas Armadas que intervengan para "impedir un derramamiento de sangre", Perú impidiendo que el avión que llevaba a Evo a México sobrevolara su territorio, presos amotinados en el penal más importante de La Paz : la sucesión de imágenes que ilustra el golpe de Estado en Bolivia inundó los portales de los medios de todo el mundo. "Cuando los países adquieren relevancia a partir de sus conflictos, su sentido se disputa a nivel global. El caso boliviano es particular porque tiene las características de un golpe de Estado tradicional, con las Fuerzas Armadas pidiéndole a un presidente que renuncie, por lo que cuenta con una falencia de legitimidad de origen que la obliga a tener que defender internacionalmente lo que está pasando", ilustró Galup.
Con hashtags como #EvoAsesino, #EvoDictador o #EvoEsFraude, los mensajes de estas cuentas denuncian que Evo es un corrupto y lo acusan de haberse "robado" las elecciones de octubre, así como también celebran asunción a la presidencia de Jeanine Añez y declaran que el golpe llevó, finalmente, "la democracia y libertad" al pueblo boliviano.