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PONER EL PECHO

La potencia del movimiento de mujeres, que se hizo visible en el último paro lanzado por el colectivo Ni Una Menos y en vísperas de otro que trasciende las fronteras del país, se apoya sobre una red tan histórica como nueva. Una red tejida desde adentro y desde afuera de las organizaciones por lesbianas feministas, esos focos de revolución que andan por los sindicatos calentando orejas. El último tetazo dejó al descubierto una estrategia de lucha que las lesbianas vienen promoviendo hace años: invertir el sentido común sobre los cuerpos, sobre las obligaciones y los lugares que deben ocupar las mujeres. Aquí, un relevamiento de los cruces, las articulaciones y las polémicas no resueltas a pocos días de las marchas y movilizaciones con las que empieza marzo.

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