Literatura, música, sociología, crítica cultural, análisis político: como en una reunión de amigxs que se conocen hace mucho tiempo, así se mezclan estas disciplinas en la novísima r3evista Aguinaldo, una quijotada en pleno 2019. Porque ¿quién se anima en un año signado por la devaluación del peso y la pérdida del poder adquisitivo de todes a imprimir ¡en papel! una nueva revista cultural? “La idea de hacer Aguinaldo surge de sentir que al mundo cultural y a la industria editorial le estaba faltando una publicación que reuniera distintas voces, representativas de diversas perspectivas políticas, tradiciones literarias, corrientes estilísticas, etc., para reflexionar sobre temáticas coyunturales con cierto grado de profundidad en el análisis”, dice Mateo Mórtola, uno de los editores junto con lxs valientes Josefina Blattmann, Santiago Marini y Francisco Gutiérrez, y las palabras claves son justamente “profundidad” y “análisis”, dos enfoques que brillan por su ausencia en gran parte del periodismo que se consume frenéticamente en la web. En Aguinaldo, de aparición semestral y hermosa factura, a cuatro colores y profusamente ilustrada, los textos tienen espacio para desarrollarse, y como lectorxs también entendemos que debemos dedicarles un tiempo específico de lectura.
El sumario es extenso y desafiante, cruzado por dos ejes que funcionan como engrudo entre las notas: Trabajo y Ansiedad. Hay, por ejemplo, una sección llamada “Para quién canta el indie entonces” que comienza en la página 38 y que reaparece en las páginas 82 y 118, reactivándose cada vez con una nueva perspectiva en entrevistas a Paula Trama y Susi Pireli de Los Besos y a Goyo Degano, de Bándalos Chinos. Hay extensas notas sobre las facetas de la religión y los imaginarios anti-evangélicos en pleno siglo XXI firmadas por Santiago Marini, Sebastián Politi y Mariela Mosqueira conviviendo con un dossier literario de la escritora Magalí Etchebarne, con introducción de I Acevedo. Hay dos breves crónicas sobre la maternidad (por Cecilia Fanti) y paternidad (por Damián Tullio) de primerizxs –¡qué importante es que se empiece a incorporar la perspectiva de los hombres sobre estos temas!– entre apuntes sobre precarización laboral –se destaca “Monotributriste” de Sebastián Rodríguez Mora–, y un interesantísimo contrapunto político en dos ensayos de opinión de Eugenio Monjeau –a favor de la gestión de Cambiemos– y Hernán Vanoli –que sin reconocerse kirchnerista reflexiona sobre “La lenta agonía del pueblo macrista”–. Dos críticas constructivas: tal vez el sesgo sea por momentos demasiado porteño y a las presentaciones de las notas les falte una bajada que resuma los ejes o planteos.
Durante los últimos cuatro años, muchas revistas en papel –de Los Inrockuptibles a El Gráfico, pasando por Veintitrés y Muy interesante, por citar las más clásicas– desaparecieron del mapa dejando rastros tristes, periodistas precarizadxs y lectorxs abandonadxs. Muchas, pero no todas, se reconvirtieron en medios digitales, perdiendo especificidad y corazón. Aguinaldo, con ese nombre que remite tanto a una reivindicación peronista como a un excedente destinado al puro gasto, al placer que nos merecemos como trabajadorxs, viene a retomar una tradición histórica y profesional que todavía mantienen viva proyectos como Crisis, Orsai, o las cinéfilas Las Naves y La Vida Útil. “Los medios en papel no pueden competir con los medios digitales en lo que respecta a la inmediatez y la generalidad. No tiene sentido hoy lanzar una nueva revista, independiente, de información general con tirada semanal. La periodicidad semestral que planteamos está poco explorada y fue una apuesta porque consideramos que el papel puede seguir siendo un soporte eficiente para una periodicidad más lenta y para contenidos más curados”, agrega Mórtola, quien está preparando con el resto del equipo el número #2, que sale en diciembre y que se puede comprar en preventa. Sus ejes: Calor y Mañana. Hay esperanza.