Esther Morales Ayma, la hermana de Evo, el depuesto presidente de Bolivia, denunció agresiones en Oruro, la ciudad donde vive. “Pareciera que ser campesino es delito" afirmó, en referencia a los grupos de "racistas, de élite” que actúan bajo la protección de las fuerzas de seguridad.
En declaraciones radiales, afirmó que hay un ensañamiento especial con ella “por ser la hermana del presidente”. Además, aclaró que nunca ocupó “ningún cargo”. "Por cualquier cosa me apedrean mi casa, son racistas y falta que me aticen viva”, advirtió.
Esther Morales dijo que está en contacto con su hermano y se mostró agradecida con el gobierno de México, que le concedió asilo. “Todos somos seres vivos, no se entiende cómo nos tratan, destrozaron la casa de mi hermano”, denunció. “Hablan de democracia, ¿es democracia quemar casas?”, agregó. Contó que ha sufrido agresiones de manera permanente en su hogar y que la última fue el viernes pasado a la noche. “A mí no me quemaron la casa, sí al gobernador, la dejaron hecha escombros”, afirmó.
Consideró que “la democracia es vivir en paz” y que “me enseñaron no mentir ni robar y ellos entran a las casas como delincuentes. No entiendo cómo no nos respetamos entre humanos, parece que ser campesino es delito para ellos”.
Esther denunció que “ay mucho odio racial” y que parece que “hay que ser blancas para que nos quieran. Hombres y mujeres son iguales, somos iguales”. También denunció la desinformación: “Me han hecho aparecer en México”, cuando ella permanece en Bolivia.
Respecto de su hermano, expresó que “el ladrón se esconde, él se fue por su seguridad” y reafirmó que “su país lo necesita” porque “hacía un buen camino para Bolivia, hizo obras, eso debe ser delito”.
Esther Morales aseguró que “no me voy a mover de Oruro” y recomendó “que agarren la Biblia, que habla de respetar unos a los otros”.