Alberto Fernández pidió apoyo y comprensión a los embajadores de la Unión Europea con los que hoy compartió un almuerzo. Apoyo en las negociaciones que deberá encarar con el Fondo Monetario Internacional y en la continuidad de las inversiones, que la futura economía necesitará como el agua. Comprensión en la continuidad de medidas como el cepo cambiario, que necesitariamente deberá continuar debido a la falta de dólares. El presidente electo comentó a los 22 representantes europeos que no terminó de revisar el acuerdo Mercosur-UE, pero que en su ánimo está avanzar en una negociación que sea beneficioso para las dos partes. "Soy europeísta", les aseguró Fernández, que viajará al Viejo Continente antes de asumir en una gira que abarcaría, en principio, Francia, Italia y Alemania.
Lo de europeísta lo explicó, entre otras cosas, por su admiración por el modelo que existe en los países del norte europeo. En ese sentido, se mostró interesado por el Consejo Económico y Social que existe en Holanda, tal vez el mejor modelo de lo que quiere poner en marcha en el país a partir del 10 de diciembre. En su momento, Mauricio Macri también dijo observar ese ejemplo, pero no hizo nada al respecto.
Respecto al acuerdo de libre comercio, el punto crucial hoy en el vínculo de los dos bloques, Alberto Fernández recordó haber participado de las conversaciones que le dieron inicio, allá por 2006. Lo corroboró allí mismo el embajador de España, Francisco Sandomingo Núñez. "No conozco la letra del acuerdo, pero les digo voy a hacer todo lo posible porque salga", les prometió Fernández, quien llegó acompañado al hotel de la Recoleta donde se hizo el almuerzo junto a un grupo importante de colaboradores: Santiago Cafiero, Felipe Solá, Cecilia Todesca, Gustavo Beliz, Miguel Cuberos y Juan Pablo Biondi. Solá se fue un rato antes de que terminara como debía hablar en la sesión de Diputados por el golpe en Bolivia. Del otro lado, encabezados por el embajadora de la UE, la francesa Aude Maio-Coliche, embajadores y representantes de los 22 países europeos con sede en Argentina.
En el rubro inversiones, Alberto Fernández planteó Vaca Muerta, minería y litio, como los rubros donde se podían alcanzar buenos acuerdos. El embajador de Italia detalló el emprendimiento que la firma italiana Seri en sociedad con Jujuy inició para fabricar baterías de litio. En general, las preocupaciones de las embajadores fueron por el lado de la "seguridad jurídica", la continuidad de la normativa. Consultaron por el cepo, que Fernández evaluó que obviamente deberá seguir por un tiempo dada la dramática escasez de dólares que le dejarán en el Banco Central.
El presidente electo también detalló las conversaciones que había mantenido en los últimos días con los presidentes Donald Trump, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez. Respecto a la región, definió también en ese ámbito como un golpe de Estado lo ocurrido en Bolivia e hizo un repaso de las turbulencias en la región. En el entorno de Alberto Fernández creían que la situación crítica del vecindario le puede jugar a favor de la nueva gestión. "Están preocupados viendo lo que ocurre en Ecuador, Chile, Bolivia. Quieren que acá se mantenga todo más estable, así que seguro van a hacer lo posible por ayudar", imaginaban.
Fernández podrá comprobarlo pronto de primera mano: organiza para antes de asumir una gira europea que incluiría reuniones con Macron, con el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, y probablemente también con la alemana Angela Merkel.