La paralización productiva se profundizó durante septiembre, cuando el nivel de utilización de la capacidad instalada industrial cayó hasta el 57,7 por ciento. Las cifras reportadas el miércoles por el Indec representan una contracción de 3,4 puntos porcentuales en doce meses. La frenada que experimenta la actividad fabril revela el impacto de las corridas cambiarias y el programa de austeridad sobre la demanda interna. La política de ahogo monetario que en el noveno mes del año llevó las tasas de interés de referencia a su máximo de 81 por ciento imposibilita a las firmas industriales financiar el capital de trabajo. En la industria automotriz, el sector metalmecánico y la actividad química la parálisis alcanza a más de la mitad de su capacidad instalada. Durante nueve meses de 2019 las estadísticas oficiales mostraron un nivel promedio de utilización del 59,2 por ciento.

La producción industrial acumuló en septiembre su decimoséptima caída consecutiva. La contracción ese mes fue del 5 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM) del Indec acumuló un retroceso del 7,8 por ciento en tres trimestres de 2019. Así, al finalizar el mandato de Mauricio Macri, ningún sector productivo exhibe señales de recuperación. La paralización industrial se profundizó a partir de 2018, pero el deterioro productivo se observó desde el comienzo de la gestión de Cambiemos con la apertura comercial, los tarifazos, el incremento en las tasas de interés y la caída del poder adquisitivo. La escena que desde algunos sectores fabriles definen como “industricidio” fue acompañada por una profunda crisis laboral. La industria manufacturera contabiliza la destrucción de 152 mil puestos de trabajo desde que asumió Macri, equivalente a la destrucción de 12 de cada 100 empleos manufactureros en menos de cuatro años.

La industria automotriz registró en septiembre el nivel de utilización de la capacidad instalada más bajo con un 37,4 por ciento. El guarismo es 7,4 puntos porcentuales inferior al registrado doce meses atrás y revela la caída en la cantidad de unidades fabricadas por las terminales. Fueron 27.687 unidades, una caída interanual del 25,7 por ciento, ante el aumento en el precio de los autos, las exorbitantes tasas de interés y el estancamiento de las exportaciones a Brasil. El segundo peor desempeño fue para el bloque de sustancias y productos químicos, con un nivel de utilización de la capacidad instalada de 47,7 por ciento, mientras que en septiembre del año pasado ascendía al 63,2 por ciento. De acuerdo al Indec, la caída es consecuencia de la menor elaboración de productos químicos básicos y materias primas plásticas. Otros bloques sectoriales que se ubican por debajo del nivel general son edición e impresión (57,5 por ciento), productos de caucho y plástico (51,3 por ciento) y la industria metalmecánica sin contemplar los automotores (40 por ciento).

Existe un conjunto de sectores que, si bien marcaron niveles de utilización por encima del promedio, registraron fuertes caídas. Entre ellos figuran las industrias metálicas básicas, donde la utilización de la maquinaria instalada llegó a 79,1 por ciento frente al 84,3 de doce meses atrás. En cambio, el bloque textil subió al 57,8 por ciento, contra el 49,1 por ciento del año pasado.