La historia de Colin Kaepernick luchando contra la violencia policial contra jóvenes negros conmovió a la Liga de fútbol americano (NFL) y creció tanto que hasta incluyó un duro cruce con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, pese al reconocimiento por su valentía, el mariscal de campo quedó fuera de las competiciones desde hace tres años, aunque su lucha por volver a los campos no cesa: por eso, este fin de semana participará en una sesión de entrenamiento a desarrollarse en Atlanta, en la que se espera la presencia de representantes de la mayoría de las franquicias de la NFL y que podría ser su trampolín para volver a las canchas.
De acuerdo a la información publicada por la cadena ESPN, la propia NFL y los agentes de Kaepernick invitaron a las 32 franquicias y les enviaron datos sobre la sesión, luego de que varios equipos se interesaran sobre el estado físico del jugador de 32 años. El mariscal de campo también confirmó la realización de la prueba y aseguró que está preparado para ganarse de nuevo un lugar en la máxima competición de ese deporte.
"Recibí la notificación de que la gerencia de la NFL le indicó a los equipos que estaré realizando un entrenamiento el sábado en Atlanta. Estoy en forma y listo desde hace tres años. No puedo esperar ver a los entrenadores y gerentes generales el sábado", escribió Kaepernick en su cuenta de Twitter. Sus agentes hace meses que aseguran que el jugador se entrena cinco veces por semana para mantenerse en forma, con la ilusión de regresar a la NFL.
Kaepernick, un respetado quarterback de los San Francisco 49ers, con los que llegó a disputar el Superbowl 2013, cobró notoriedad fuera de la NFL en la pretemporada de 2016, en medio de una escalada de violencia policial contra jóvenes afroamericanos. En ese momento, el jugador resolvió escuchar el himno estadounidense antes de un partido hincado sobre su rodilla, en señal de protesta por los casos de abusos policiales.
Su actitud fue seguida por varios colegas, incluso de otras ligas profesionales de Estados Unidos, lo que generó un profundo debate, del que hasta participó Trump pidiendo que echaran a "ese hijo de puta". "¿No les gustaría ver a uno de estos propietarios de la NFL, cuando alguna persona le falta el respeto a nuestra bandera, decir: '¡Saquen a ese hijo de puta del campo de juego ahora mismo! ¡Fuera! ¡Está despedido! ¡Está despedido!'?", llegó a decir Trump cuando el tema Kaepernick estaba en pleno auge.
Lo concreto es que si bien el mariscal de campo fue reivindicado desde diferentes ámbitos, su liderazgo y su desafío a las autoridades le valieron el despido: en la semana 17 de esa temporada, después de ser relegado varias veces al banco de suplentes, jugó por última vez para los 49ers y ningún equipo más se interesó en sus servicios, algo ilógico teniendo en cuenta su edad, sus seis temporadas en la Liga, su falta de lesiones y el nivel que mostraba en el campo.
Sin franquicias que lo requirieran, Kaepernick, que fue dado en adopción por su madre a un matrimonio blanco y es hijo de un hombre afroamericano que desapareció antes de que naciera, formuló una demanda contra la NFL, junto a su ex compañero Eric Reid, acusando a los dueños de los equipos de haberse confabulado para no contratarlos. Este año, el jugador y la Liga anunciaron que llegaron a un acuerdo por la demanda, aunque no se conocieron los términos por una cláusula de confidencialidad.
A partir de esta prueba, se especula que el acuerdo incluyó la posibilidad de que el jugador volviera a tener la chance de ser contratado por alguna franquicia, a cambio de que desistiera continuar con la demanda. Lo cierto es que los agentes del jugador le recordaron a la NFL que aceptaron la oferta de la prueba bajo la condición de que no sea tomado tan sólo como una movida publicitaria y que realmente asistan autoridades de las franquicias con poder de decisión.
De la otra vereda, también hay cierto temor que se trate de una especulación para conseguir prensa. El 9 de agosto de este año, antes del arranque de la temporada y cuando Kaepernick insistía en que estaba preparado para regresar a la NFL, Trump lo volvió a desafiar en público: "Me gustaría verlo. Honestamente, me gustaría ver a Kaepernick, si es lo suficientemente bueno, pero no me gustaría verlo si alguien lo firma solo porque lo ve como algo de buenas relaciones públicas".