Luego de que las "aguas altas" generaran una inundación histórica en Venecia , que llegó a registrar más de un metro y medio de agua en sus calles, el gobierno italiano decretó el "estado de emergencia" en la ciudad. El ministro de Bienes Culturales de Italia, Dario Franceschini, anunció que se evaluará la gravedad de los daños al patrimonio cultural veneciano, mientras que aún se evalúa si edificios históricos como la Basílica de San Marco se encuentran en peligro.
El "estado de emergencia" fue decidido durante la reunión de gabinete del gobierno italiano. Luego, el ministro Franceschini, anunció que "apenas empiece a bajar el nivel del agua se iniciará" la evaluación para medir el alcance de "los daños al patrimonio cultural".
La inundación, que llegó a alcanzar 187 centímetros (el máximo registrado desde 1966), dejó bajo agua a toda la ciudad.
Los diarios Repubblica y Corriere, relevaron las estructuras patrimoniales que podrían haberse visto afectadas por lo que el procurador de la Basílica de San Marco, Pierpaolo Campostrini, definió como una situación "a un paso del Apocalipsis, a un pelo del desastre".
La cripta de la basílica de San Marco quedó sumergida por más de un metro de agua salada, algo que dañó las tumbas de los patriarcas que reposan en ella, detalló su procurador, Carlo Alberto Tesserin. Una especialista, Silvia Giulia advirtió que una "corrosión irreversible" en la estructura puede derivar en peligro de derrumbe.
El sistema eléctrico y el mecanismo anti-incendios del teatro La Fenice quedaron inutilizables, mientras que aún no se relevaron los daños en el palacio Ducal, que continúa cerrado. El Museo Guggengeim reportó daños en áreas de circulación y venta de billetes, pero confirmó que el agua no dañó obras. Por su parte, la Bienal de Arte reabrió sus puertas.