Roger Federer jugó un partidazo, en un nivel que hizo acordar a sus mejores años, y se impuso 6-4, 6-3 al serbio Novak Djokovic, en apenas una hora y 13 minutos de partido, en el choque que cerró el grupo Bjorn Borg. El suizo se metió en las semifinales del Masters de Londres por 16ª vez en 17 participaciones. Pero además, con su victoria dejó a Djokovic sin chances de recuperar el número uno, que quedará en manos de Rafael Nadal al menos hasta la próxima temporada.

"No podría estar más feliz en este momento. Jugué increíble, algo que sabía que tenía que hacer, porque es lo que se necesita para ganarle a Novak. Lo logré, me mantuve calmo todo el partido y disfruté desde el principio. Fue una noche definitivamente mágica", comentó Roger. Y hasta se animó a bromear: "¿Qué hubo de diferente en este partido con el de la final de Wimbledon? Que gané el match point, supongo".

El suizo fue una aplanadora. Estuvo intratable con su servicio en el primer parcial: sumó ocho aces, ganó el 84 por cientos de los puntos que jugó con el primero, y todos los que disputó con el segundo. Pero además se lo vio preciso, rápido de piernas y con un tenis veloz y letal; por lo que no tuvo problemas para imponer el ritmo en el set inicial.

Un quiebre en el tercer game le permitió sacar una ventaja en el marcador, que luego sostuvo con autoridad para cerrar ese parcial inicial en 35 minutos.

En el segundo capítulo Federer bajó un poco la intensidad, pero igual fue claramente superior a un Djokovic algo errático que, aunque buscó, no encontró el hueco para lastimar a su rival. El serbio levantó dos break points en contra en el primer game y luego tuvo su primera chance de quiebre en el cuarto juego, pero no la supo aprovechar.