En su primer acto partidario luego de ser liberado de la cárcel de Curitiba, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ofreció un discurso de alto contenido político. Lula participó de una reunión del Partido de los Trabajadores (PT) en Salvador, capital de Bahía. Denunció las desigualdades que se incrementaron en el país a partir de la asunción de Jair Bolsonaro, destacó que el PT no precisa hacer ninguna autocrítica y manifestó su interés por participar de los comicios de 2022, aunque no necesariamente como candidato presidencial.
"He salido de la cárcel más humano, más convencido de las luchas que tenemos que emprender. Nunca se ha contado la historia de este país y sus héroes nunca aparecieron en una fotografía", afirmó Lula, de 74 años, ante militantes y miembros de la secretaría ejecutiva del partido de la izquierda brasileña.
El expresidente del país entre 2003 y 2010 reivindicó sus programas de inclusión social, que hoy considera amenazados. "Creían que un niño negro no tenía que ir a la universidad. Por eso quieren privatizar la educación, porque si el pueblo va a la universidad, crea conciencia política", expresó.
"Es una vergüenza la desigualdad que se ha acumulado en este país. Hablan de una reforma tributaria, ¿y no piensan aumentar los impuestos de los ricos? El gobierno de Jair Bolsonaro quiere crear impuestos hasta para el seguro de desempleo", afirmó, en una de sus pocas menciones al actual presidente de Brasil.
Lula negó la necesidad de que el PT tenga que hacer una autocrítica. "Si alguien quiere hacerse una falsa autocrítica, que la haga", dijo, en referencia a los reclamos provenientes de otros partidos. Admitió sin embargo que el partido "debe ser más humilde" de este momento.
También destacó que el PT no debería renunciar a su protagonismo en la escena política brasileña, y que debería impulsar candidatos en todas las ciudades para las elecciones municipales de 2020. “Nuestro partido tiene que salir más fuerte, más dispuesto a pelear. ¿Saben quién polariza? Quien disputa el título. Y un partido sólo crece cuando disputa”, dijo el expresidente.
Recordó que el partido participa de elecciones presidenciales desde 1989, y dijo que continuará haciéndolo en 2022, cuando se celebren nuevos comicios. En ese sentido, evitó hacer referencias respecto a una posible nueva candidatura presidencial. Manifestó que le gustaría volver al poder, pero no necesariamente ocupando un cargo: “Puedo subirme a la carrera del 2022 apoyando al compañero Haddad, apoyando al compañero Rui Costa, gobernador de Bahia, o a otros compañeros del PT”.
Lula purgaba desde abril de 2018 una condena de 8 años y 10 meses de cárcel por supuestos hechos de corrupción que nunca fueron ratificados. Fue liberado gracias a un un fallo del Supremo Tribunal de Brasil que rechazó la prisión en segunda instancia. Sin embargo, la decisión aún no lo satisface completamente, y afirma que fue víctima de una conspiración judicial para sacarlo de las presidenciales del año pasado. Por ese motivo reclama la anulación de los juicios en su contra. "Tengo fe en que el proceso será anulado", expresó.
Al respecto, Lula dijo que era profundamente respetuoso de la Fiscalía, pero que casi todos los fiscales "pertenecen a una casta cuyo único gran trabajo fue prestarse a un concurso". Agregó que también respeta a la policía federal, pero que una institución como esas no puede dedicarse a "hacer politiquería". Por último volvió a criticar al exjuez y actual ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, a quien tildó de "sinvergüenza".
El líder de la izquierda latinoamericana destacó que la elección de Salvador como lugar para llevar adelante esta convocatoria se debe a su relevancia social y política. "Es innegable la importancia social y política de la región nordeste, en esta coyuntura de resistencia al gobierno de extrema derecha y construcción de nuevas propuestas de política pública", apuntó.
Del encuentro participaron, además de Lula, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, el excandidato presidencial Fernando Haddad (derrotado en octubre de 2018 por Bolsonaro), y los gobernadores de Bahia, Rui Costa, de Rio Grande do Norte, Fátima Bezerra, y de Piauí, Wellington Dias. La reunión sirvió como excusa para afinar detalles para el VII Congreso Nacional del PT que se celebrará en San Pablo del 22 al 24 de noviembre.
El expresidente se quedará en Bahía hasta el próximo sábado y descansará en una playa de la costa norte con su novia Rosangela da Silva. El domingo participará del festival musical Lula Livre, en Recife, capital de Pernambuco, un bastión del PT también ubicado al nordeste.