El presidente de Bolivia derrocado tras un golpe de Estado, Evo Morales, reconoció desde México que está “analizando” la invitación que el mandatario electo Alberto Fernández le hizo para viajar a la Argentina y lamentó que el gobierno de Mauricio Macri haya priorizado mantener “las diferencias ideológicas” en vez de “defender la democracia”.
“No pierdo esperanza de volver a Bolivia. Y si me acerco a Bolivia mediante Argentina, mejor todavía. Estamos analizando (la propuesta de Fernández) pero vamos a dejar pasar un poquito más de tiempo”, afirmó el mandatario desde México, donde se encuentra con asilo político.
De la misma manera agradeció las muestras de apoyo “del pueblo argentino” y cuestionó la postura del gobierno de Juntos por el Cambio de no reconocer que en Bolivia hubo un golpe de Estado.
“Entiendo perfectamente las diferencias ideológicas con el presidente (Mauricio) Macri. Pero al margen de esas diferencias ideológicas y programáticas, lo primero debe ser defender la democracia”, sentenció durante una entrevista por radio El Destape.
Además, Morales negó que en los comicios que lo dieron ganador en primera vuelta hubiera habido “fraude”, aunque reconoció que pudieron haber “algunos errores”. “Hubo algunos errores pero no hubo fraude. ¿Cómo puedo hacer fraude? No soy de la mentira, no soy de la gente que hace daño”, remarcó.
Según dijo, “la derecha inventó el tema del fraude” para iniciar una avanzada en su contra. En este sentido responsabilizó a Estados Unidos y a la Organización de Estados Americanos (OEA) de ser “responsables” de su caída tras ser reelecto para un nuevo mandato.
“Lamento mucho que la OEA ande con algunos de Estados Unidos haciendo golpes de Estado. La historia juzgará”, afirmó y lamentó también que “muchos medios de comunicación” de su país hayan sido “parte del golpe de Estado”. “Sus dueños son parte de la oligarquía y están al servicio de este golpe”, puntualizó.
Por otra parte, destacó el hecho de que en este momento “el pueblo se esté movilizando para enfrentar al golpismo”, afirmó y dijo que cuenta con información que lo hace estar “casi seguro de que nuestras Fuerzas Armadas se sumarán a la lucha del pueblo defendiendo la democracia”. “Los subalternos andan rebelándose contra sus comandantes”, reveló.
Durante la entrevista lamentó lo que ocurre en su país y denunció que “grupos oligárquicos que ostentan el poder económico, lamentablemente con policías y la Fuerzas Armadas, no nos perdonaron a los movimientos sociales e indígenas que sigamos con nuestra revolución democrática y cultural”.
Volvió a responsabilizar de esto al candidato de la oposición Carlos Mesa y al ultraderechista Fernando Camacho por “organizar grupos vandálicos” que después de las elecciones “quemaron tribunales departamentales para quemar a la vez las actas de sufragio”, afirmó.
También reiteró que su renuncia fue “para que no se sigan quemando casas de mis hermanos, que no sean agredidos mis hermanas de polleras y para que pare la violencia ejercitada por la derecha” y remarcó que los partidos y organizaciones que siempre lo apoyaron “cuidamos la vida” hasta último momento.
Sin embargo, sus opositores “no aceptan que los movimientos sociales e indígenas seamos presidente (SIC). No aceptan nuestros programas sociales que, bajo una política de redistribución de la riqueza, bajamos la extrema pobreza. No nos perdonaron la nacionalización de los hidrocarburos y los recursos naturales”.
Luego se preguntó “¿por qué tanto miedo al Evo y a los movimientos sociales?” y se apenó de que “ahora todo el mundo vea que volvió el odio y el racismo contra el movimiento indígena” en Bolivia.
Por último se manifestó “esperanzado” en que “con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) empecemos un diálogo de pacificación” en su país y dijo estar dispuesto a “volver si el pueblo me lo pide”.
No obstante, aclaró que ello ocurrirá si primero “hay garantías” de que su vida no correrá riesgos. “Somos luchadores de la paz, por la justicia social, trabajamos para evitar la confrontación”, concluyó.