El Presidente saliente, Mauricio Macri, no quiere irse sin su 7D, y para eso convocó a una marcha para el próximo 7 de diciembre a Plaza de Mayo, a tres días de dejar el poder. Como de costumbre, la invitación llegó a través de las redes sociales del presidente con un video que repasa distintos momentos de la campaña con la que intentó dar vuelta una elección que finalmente perdió por ocho puntos contra Alberto Fernández.
Como si se tratara del adelanto de una película de suspenso, Macri dice con una voz en off: "La Argentina que viene nos necesita a todos. A todos poniendo los mejor de cada uno", y remata con la frase: "Esto recién comienza". La convocatoria para su último sábado de mandato a las 17, el presidente la hizo mientras descansa en Villa Allende, Córdoba, donde llegó el viernes para pasar el fin de semana largo.
El video que el mandatario publicó retoma distintos momentos de la Marcha del Sí se Puede, cuando Macri se propuso recorrer 30 ciudades en 30 días y hacer un anunció de Gobierno por día. Esta campaña despertó la burla de muchos usuarios en redes sociales que publicaban fotos de plazas vacías mientras el presidente daba su discurso, acompañado casi siempre por quien fue su compañero de fórmula Miguel Ángel Pichetto. A este, que hasta mitad de año fue opositor al gobierno, le cantaron el feliz cumpleaños en un acto en Córdoba.
Durante los discursos de estas convocatorias, Macri celebró la espotaneidad de los que asistieron, y remarcó que "van con la SUBE", aunque en muchas oportunidades, esto no fue así. Además, el jefe de Estado confirmó su postura antiderechos respecto a la legislación del aborto, y se animó a besa el pie de una señora que estaba arriba del escenario.
La fecha electa también llamó la atención del arco político, ya que el mismo 7 de diciembre, 7D, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner organizó festejos en el centro porteño con música en vivo y otras actividades culturales.
Mientras Macri descansa en el lujoso emprendimiento hotelero del empresario Manuel Tagle, prepara sus últimos días en el Gobierno trabajando con el presupuesto del año que viene, al que Alberto Fernández calificó de falacia, y espera una despedida cerca de sus núcleo duro en la Plaza de Mayo.