Desde Madrid
Desde que el PSOE y Unidas Podemos anunciaron un preacuerdo de gobierno de coalición el martes pasado, los sectores progresistas y los sectores conservadores del país han entrado en una batalla dialéctica sobre el futuro de España.
Mientras Pedro Sánchez avanza en la búsqueda de apoyos parlamentarios para ser investido presidente del gobierno, el Partido Popular, los empresarios y los medios de comunicación conservadores buscan minar la reciente alianza de izquierdas con advertencias sobre la supuesta llegada de las siete plagas.
En el centro de la disputa, las fuerzas independentistas de Cataluña buscan capitalizar sus objetivos políticos a sabiendas de que el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos necesita del apoyo o la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya para formar Gobierno.
En los últimos días, dentro de las filas del Partido Popular se ha empezado a hablar de la vía “patriótica”. Un pedido de acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Casado para formar un gobierno que confronte directamente el conflicto soberanista de Cataluña. El presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia y uno de los barones de la fuerza de centroderecha, Alberto Nuñez Feijóo, instó a su líder a tender la mano a Sánchez ante el desafío territorial que sufre el país, y para evitar un ingreso de los “comunistas” al gobierno que sería “letal” para España.
Por su parte, el expresidente del gobierno, Mariano Rajoy, que ya había bendecido una gran coalición PSOE-PP, apostó por la formación de un Ejecutivo moderado sin la “izquierda radical y sin los nacionalistas”.
En línea con los deseos del PP, el diario El Mundo ha escrito este viernes en su editorial que Pablo Casado debería forjar una gran coalición con el PSOE para evitar que Pedro Sánchez oriente su gobierno hacia el “soberanismo y el populismo”. El día anterior, en el mismo espacio de opinión, el tradicional periódico había denunciado que España estaba en manos de los separatistas catalanes.
Por su parte, los sectores económicos se han centrado sobre todo en el “riesgo” que conlleva el ingreso de Unidas Podemos al Consejo de Ministros. Horas después del anuncio de acuerdo entre Sánchez e Iglesias, las principales cámaras empresariales del país instaron a que el próximo Ejecutivo aplique “rigor presupuestario y ortodoxia económica”. El diario económico Expansión escribió que el temor al pacto entre “PSOE y el comunismo bolivariano de Podemos”, había generado una avalancha de consultas de los empresarios entre los despachos de abogados para recibir consejos sobre cómo resguardar sus beneficios y fortunas ante el temor de que se apliquen medidas del programa de Iglesias como el aumento de 10 puntos al impuesto de sociedades o un nuevo tributo a las transacciones financieras.
Del lado opuesto de la discusión ideológica, el PSOE ha insistido esta semana en que la alianza con Unidas Podemos es un proyecto ilusionante que logrará ponerle fin al bloqueo político que sufre el país ibérico desde hace meses. Con esa premisa, ha logrado reunir los apoyos del Partido Nacionalista Vasco; de la fuerza Íñigo Errejón, Más País, y del Partido Regionalista Cantábrico, entre otras fuerzas minoritarias. Sin embargo, el apoyo clave será el que pueda brindar Esquerra Republicana de Catalunya, con sus 13 diputados.
Después de una primera reunión con la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, la fuerza que dirige Oriol Junqueras, máximo condenado por el referéndum ilegal del 2017, ha dicho que no apoyará el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos si Sánchez no se compromete a impulsar una negociación política entre el Estado español y Cataluña, en la que se pueda discutir sobre un futuro referéndum de autodeterminación.
Las exigencias de Esquerra, respaldadas por todo el arco soberanista de Cataluña, son imposibles de asumir por el PSOE, y menos en el contexto de crispación que agita la derecha. Sin embargo, Pedro Sánchez ha intentado acercar posiciones, y ha dicho que el PSOE y Unidas Podemos son “las dos únicas fuerzas a nivel nacional que apuestan por el diálogo” para resolver el conflicto catalán. En rigor, las soluciones que han propuesto las fuerzas de derecha, Vox, Partido Popular y Ciudadanos en campaña, incluyen intervenir el gobierno de Cataluña.
A juzgar por el humor de los dirigentes socialistas, las negociaciones con Esquerra Republicana de Catalunya se saldarán de forma positiva y servirán para investir a Pedro Sánchez antes de la navidad. Mientras se avanza en ese objetivo, el propio presidente del gobierno busca reforzar su discurso con el beneplácito de sus vecinos europeos. Este fin de semana, los principales medios de comunicación destacaron que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha resaltado como positivo el acuerdo entre las dos fuerzas de izquierda, y ha remarcado que no supone una inquietud el ingreso de Unidas Podemos al gobierno.