Este sábado 23 de noviembre a las 19:30 en Rosario, en la peluquería de Riobamba 1387, tendrá lugar un evento en el que se fusionarán del todo la literatura y la vida cotidiana. El escritor Pablo Bigliardi, con la participación en performance casera de Cristian Wachi Molina y de dos de las heroínas de su cuarto libro, Al pie del sillón, lo presentará en el mismo lugar que lo inspiró: la peluquería con la que se gana la vida y que le sirve también de biblioteca, de estudio en los horarios sin clientela, y ahora como punto de venta de la nueva obra, cuya tapa registra en foto documental los sillones del título.

Precedido de una intensa preventa, el libro fue publicado en Buenos Aires y en una edición muy cuidada por la editorial Baldíos en la lengua. Batió un récord: la clientela identificada con los relatos se llevó cien en una semana y media, a un ritmo promedio de diez por día. Su autor los entrega con una pincita de aluminio como señalador.

María Farías
Bigliardi es escritor y peluquero.

Autor de cuentos y novelas, en este nuevo libro Bigliardi combina los dos géneros. Alternando entre relatos breves, anécdotas, capítulos de una saga, estampas urbanas y retratos de personajes de la vida real, los fragmentos van hilvanando una totalidad que reconoce comienzo, medio y fin: culmina con la crónica de cuando el autor y protagonista regresó con gloria a su ciudad natal, el año pasado, a los 50 años.

Si lo autobiográfico en las obras anteriores estaba presente como material de la ficción, aquí se presenta casi sin máscaras. En un chiste bilingüe donde se ríe de sí mismo, Bigliardi se recorta las puntas secas de su apellido y denomina a su alter ego "Bigliar" (en alusión a "big liar", que significa en inglés "gran mentiroso", y la sílaba que cae no es menor: "di"). En la solapas de sus primeros tres libros se presentaba como rionegrino, siendo bonaerense. En 2018, Bigliardi fue declarado escritor distinguido y su obra de interés cultural por la Municipalidad de Saavedra, provincia de Buenos Aires, donde nació en 1968. El mismo año su primer libro de cuentos, REM (2018) fue declarado de interés cultural, municipal e histórico por la Municipalidad de San Antonio Oeste (SAO), ciudad de la costa atlántica en la provincia de Río Negro donde fueron pioneros sus ancestros y en cuyas inmediaciones ambientó su segunda novela: el policial rural, onírico y sobrenatural El Santo de Saco Viejo (2015).

Una épica cotidiana y coloquial, salpicada de humor y calle, anima tanto sus contenidos literarios como su construcción de figura de autor. Esta abarca una columna en El Corán y el Termotanque y cobró vuelo a partir de su primera novela, Determinación (2013), ambientada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en los años '80. Ya tenía cuentos premiados, uno de los cuales narra su dura vida familiar en Saavedra. Escribir, para Bigliardi, es en primer lugar una búsqueda estética dentro de la literatura entendida como arte y también un crisol transformador del yo en la lucha contra la adversidad. Tras superar una niñez difícil, una adolescencia en un buque de la Armada, varias migraciones dentro del país, un mal taller literario, estudios universitarios truncos, las pesadillas infernales que narra en REM y el purgatorio de las editoriales precarias, ya se reconcilió con todo aquello y está escribiendo un quinto libro.

Soraya Maicoño, recopiladora de tradiciones mapuches, dice en el libro de la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu editado por el proyecto Reunión, de Dani Zelko (Puel Mapu, 25 de noviembre de 2017, 16:30 horas): "Nosotros tenemos un tuwun/ que es el lugar donde uno nació/ y un kupalme/ que es el lugar de donde viene nuestro linaje familiar". Bonaerense y rionegrino a la vez, mezcla de italiano y tehuelche, como novelista y cuentista Bigliardi es uno de los más destacados representantes del realismo expandido, un estilo de este siglo donde los elementos "mágicos" se integran sin fisuras en la realidad convencional. Y de estilismo se trata el devenir "venturoso" de Bigliardi, quien reparte su día entre ágiles tijeras y la ágil escritura con que peina y olvida lo que él llama su "memoria de pez".

La tapa del libro.

Como autobiógrafo, presenta un yo en rizoma con otros. El diálogo y la conversación alojan al ser que se teje mediante una voz, una voz singular, hecha de escritura: una voz escrita. El peluquero charleta expresa su sombra dorada literaria en la voz de autor que su prosa construye, donde se representa como peluquero en un juego barroco de espejos que se continúa en los literales espejos de la peluquería.

Una voz, un oído y una mirada, alertas a palabras y colores de moda, a chantas y aguafiestas de variopinto pelaje, van tomando nota de cada detalle pintoresco de su realidad según la máxima de Henry James que definía al escritor: "alguien en quien nada se desperdicia".

"Temprano en la mañana la peluquería conserva un silencio quieto y mi intromisión produce sonidos apagados hasta que me siento en un sillón de corte frente a la computadora, con el café y la tostada. Apoyo los pies en una silla y el teclado sobre mis piernas mientras voy sorbiendo el café con leche despacio, leyendo a otros autores, corrigiendo libros de amigos, alumnos o mis trabajos y reconociendo que el anillado ya no era tenido en cuenta aunque asiduamente renovaba la impresión (…) por las dudas que surgieran esperas en clínicas, organismos gubernamentales recaudatorios o un buen bar. Esas dos horas de trabajo me dejaban pleno, libre del compromiso, porque había cumplido con mis deberes de loquito, de esos mandatos impuestos que terminarán siendo los que me matarán por vivir de lo impredecible". Así escribe.