El NO siempre significó mucho para mí, como adolescente en su momento y como música después. Lo que más me marcó del suplemento es que, antes de que explotara internet, las cosas te las enterabas porque un empresario lo decidía. Si sonaba algo en la radio, si tocaba una banda, un videoclip, todo era pre-manoseado y pensado por otra gente. En cambio, el suplemento NO nos dio espacio cuando todavía no teníamos ningún acceso a ningún medio. Nos daban espacio para promocionar nuestros shows, nuestro disco, nuestra música. No tenía que ver con que le gustara a un editor sino con que formabas parte de lo que pasaba en la escena local más pequeña y el suplemento lo contaba. Un reflejo informativo.

Tengo el recuerdo de formar parte de la tapa junto a otras bandas. Habíamos sacado recién nuestro primer disco, hará unos 8 o 9 años, y había un ruido en la escena que llamaba la atención. Bandas de surf, garage, psicodélicas, y muchos festivales pequeños que hacíamos por todos lados. Todavía no te encasillaban tanto con lo de “la mujer en el rock”, tenía que ver más con el género y el espíritu. Fue la primera vez que sentí que éramos parte de algo más grande, de una escena.