La encargada del merendero comunitario Virgen del Cerro denunció por abuso de autoridad al comisario Javier Maita, en la localidad de Apolinario Saravia, ubicada a 170 kilómetros de la capital salteña. Esta es la segunda vez que Marina Torres denuncia al funcionario policial y la mujer dejó constancia de que se siente objeto de una persecución y pidió a la Procuración General de Salta que le dé garantías de seguridad.
"Llevo unos meses siendo vigilada, perseguida, hostigada por el comisario de mi pueblo, quien fue denunciado por mí en una ocasión por amenazas y abuso de autoridad y el pasado lunes 11 de noviembre fue nuevamente denunciado por mí por violencia de género, acto que se llevó a cabo en presencia del auxiliar fiscal Dantur en sus propias oficinas donde el doctor en varias ocasiones intervino pidiéndole al comisario que bajará los decibeles y calma", contó Marina Torres, quien además de sostener el merendero comunitario tiene la guarda legal de niños y niñas judicializados.
Torres relató que, delante del auxiliar fiscal, Maita le dijo que investigó su vida completa y "tiene un as bajo su manga" en su contra. Además, dijo que el comisario aseguró que cuando solicitan personal policial en el barrio de la referenta social, no la envía porque está ella en ese lugar, con lo que deja en ella la carga de la falta de acción policial. Asimismo, el comisario llamó a la Secretaría de la Niñez y Familia, el organismo del estado provincial encargado de la administración de las guardas legales, para afirmar que Torres no tiene la capacidad para esta labor.
También denunció que dos hombres de civil merodeaban su casa "todos los días". A Salta/12 le contó que una vez que hizo la denuncia ante el auxiliar fiscal de su pueblo, Sergio Dantur, estas personas "no regresaron más", con lo que interpretó que "eran claramente enviadas por alguien".
En la primera denuncia, realizada en agosto pasado, la mujer dejó asentado que Maita amenazó con ponerles droga a ella y a un adolescente bajo su guarda legal.
“Dantur me dijo que ya envió la denuncia y que tenía que esperar indicaciones. Todavía no tengo respuestas de la Justicia. Quiero seguridad para mis hijos porque se nota que él (el comisario) actúa con impunidad. Ya (procedió) con abuso de autoridad, amenazas, violencia de género (institucional), no sé qué están esperando que pase”, manifestó la referenta. El fiscal que interviene es Gonzalo Gómez Amado, que tiene a cargo cinco municipios por eso cuenta con distintas dependencias.
Persecución policial
"No sé qué pasa. No comprendo por qué a mí se me persigue de tal manera, no tengo antecedentes penales, no le debo nada a la Justicia, soy una ciudadana como todos, necesito vivir tranquila y trabajar en paz", sostuvo Torres al explicar su pedido de intervención de la Procuración General de la provincia para "brindarme las garantías de seguridad tanto para mí como para mi familia".
La mujer asentó la primera denuncia en agosto, relató que la primera vez que habló con el funcionario policial fue tres meses antes delante de otras vecinas, en una reunión que organizó el comisario. Entonces el policía amenazó a un adolescente que está bajo la guarda de Torres: “Vos andás vendiendo droga (…) Te llego a agarrar a vos, te voy a llevar y ojalá no tengas nada, te voy a poner algo en el bolsillo y listo, guardado”, le dijo.
Según denunció Torres, el 19 de agosto el comisario fue a su casa, la acusó de vender bebidas y cuando vio al adolescente que vive con ella, reiteró las amenazas de tres meses antes. También aseguró que la acusó de usar para beneficio personal las donaciones de mercadería destinadas al merendero.
Dijo que la situación se repetió al día siguiente pero con amenazas a ella. El enojo del comisario era esta vez porque ella había contado en Facebook, sin dar nombres, lo de las amenazas del día anterior. El funcionario quería que borrara la publicación pero ella se negó. Torres relató que esa vez Maita grabó con su celular a niños y niñas que tiene bajo guarda legal y ella también lo filmó.