“Vamos a proponer un plan económico sostenible y un acuerdo de pago que podamos cumplir, pero sin más ajuste”. Así se lo transmitió el presidente electo Alberto Fernández a la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva , durante una conversación telefónica que mantuvieron este martes por la tarde. El organismo multilateral es el principal acreedor individual de la Argentina mientras que el crédito otorgado al país representa la mitad de todos los préstamos del organismo. La titular del Fondo destacó la propuesta de un pacto social para reducir la inflación que según previó en el último informe superará el 57 por ciento a fin de año.
“He reiterado la disposición del Fondo a colaborar con su gobierno y trabajar para allanar el camino hacia un crecimiento sostenible y reducir la pobreza”, indicó Georgieva a través de un escueto comunicado oficial. Las intervenciones más jugosas de la economista búlgara que acaba de asumir al frente del FMI quedaron plasmadas en el comunicado emitido desde las oficinas del presidente electo.“Me han conmovido sus prioridades: la reducción de la pobreza y la lucha contra el hambre en un entorno económico que permita crecer y generar empleo, para mejorar la vida del pueblo argentino”, indicó Georgieva.
Durante la llamada Fernández enfatizó a su interlocutora que el principal objetivo del programa económico del nuevo gobierno será plasmado en un plan que el país pueda cumplir y que le permita recuperar el crecimiento para poder honrar sus deudas. El presidente electo destacó que está “en condiciones de proponer” un acuerdo de
pago pero “sin más ajustes”. La propuesta sobre la que no trascendieron detalles no está limitada al FMI sino que también contempla una negociación con los acreedores privados. “Hemos elaborado un plan sustentable que nos va a permitir crecer y cumplir
con las obligaciones que la Argentina tiene con ustedes y con el resto de los acreedores. Estamos asumiendo un compromiso que podamos cumplir”.
Atento a las declaraciones matutinas que había realizado Georgieva sobre la necesidad de que Argentina no afloje el programa de ajuste fiscal así como las intervenciones públicas de la flamante mandamás del organismo reclamando la implementación del tradicional recetario ortodoxo, Fernández advirtió que no profundizará el recorte en el
gasto. “Entiendo la relevancia de la viabilidad fiscal, no me tiene que convencer de eso. Pero es mi deber anticiparle que en la situación en la que se encuentra la economía argentina es difícil propiciar un mayor ajuste. No podemos hacer más ajustes fiscales porque la situación es de una complejidad enorme, el nivel de ajustes en la era
de Macri ha sido tremendo”.
Desde las oficinas de Fernández indicaron que la titular del Fondo le comentó al mandatario electo que había leído “declaraciones suyas y me han conmovido sus prioridades: la reducción de la pobreza y la lucha contra el hambre. Veo que usted enfatiza el crecimiento, la generación de empleo y mejorar la vida del pueblo argentino”. Georgieva agregó que “es una misión que compartimos, quisiéramos ver a la Argentina
dejando atrás los ciclos de auge y recesión para lograr una trayectoria sostenible de crecimiento con desarrollo social. También nos interesa la propuesta que usted ha hecho en torno a un pacto social para disminuir la inflación”.
El presidente electo le reiteró que la Argentina está “en un momento particularmente difícil” e insistió en que “estamos en condiciones de proponer un plan para resolver el problema de la Argentina y poder pagar la deuda con el FMI y el resto de los acreedores”. Fernández valoró el llamado de la titular del Fondo y “celebró las
coincidencias” en torno a la prioridad respecto a la “disminución de la pobreza y la eliminación del hambre”. Giorgieva afirmó: “Queremos trabajar con usted atacando el problema de la inflación y promoviendo el crecimiento” y se mostró “muy ansiosa de conocer más detalles de su plan (de gobierno), porque cuando un país es dueño de su plan, esos planes son efectivos. “Contamos con su liderazgo y el de su equipo,
pongamos manos a la obra para ir avanzando. Estoy segura que trabajaremos juntos”, dijo Giorgieva antes de despedirse.
“Fue de acuerdo e interés mutuo que se realizó esta llamada”, indicaron desde el FMI. El contenido y el tono de la conversación que mantuvieron Fernández y Georgieva marcan un cambio frente a las tensiones observadas durante los encuentros realizados a mediados de año cuando la misión del organismo visitó las oficinas del entonces
precandidato a presidente. “El gobierno y el FMI son responsables de esta catástrofe social”, expresó Fernández en agosto.
Definiciones previas
Durante la jornada de este martes, se habían conocido por la mañana declaraciones de Kristalina Georgieva al canal de noticias de la agencia Bloomberg, donde parecía intentar marcarle la cancha al programa económico de Alberto Fernández. La responsable del principal acreedor individual del país reconoció el deterioro de las condiciones sociales asociado a la implementación del programa de austeridad pero enfatizaba la inflexibilidad del organismo para acompañar una expansión del gasto público. “Nos gustaría saber en qué está pensando el gobierno (del presidente electo). Reconocemos que la pobreza aumentó en Argentina, por eso cualquier plan que el gobierno ponga en marcha debe tener en cuenta el impacto que tendrá en los más vulnerables”, expresaba en esa entrevista la economista búlgara, antes de conocer por vía directa la postura del presidente electo sobre los límites para continuar con el programa de austeridad pactado por el gobierno de Macri con su antecesora Christine Lagarde.
La relación entre Argentina y el FMI quedó en stand-by después de las elecciones primarias a la espera del recambio presidencial. Frente al impacto regresivo que arrojaron las medidas de ajuste del gasto, liberalización cambiaria y ahogo monetario implementadas en el marco del préstamo solicitado al FMI por el gobierno de Mauricio Macri, Georgieva espera que la gestión de Fernández ponga “atención fuerte a la protección social”. Durante la entrevista televisiva con Bloomberg, la mandamás del organismo anticipó que en el Fondo “ya estamos hablando con nuestros colegas del Banco Mundial y en el Banco Interamericano de Desarrollo para colaborar en el apoyo de ese tipo de plan".
“El gobierno debe encontrar la forma de vivir con restricciones presupuestarias que existen y para hacerlo deben continuar trabajando sobre aquellos gastos donde, tal vez, no estén dando los resultados esperados”, indicó Georgieva para también remarcar la necesidad de que Argentina recupere el acceso al financiamiento en el mercado. La responsable del Fondo sostuvo en esa nota que la mejora en la sustentabilidad de la deuda debería discutirse con el organismo. En otras palabras, que la reestructuración de los pasivos con el sector privado debe contar con el visto bueno del FMI. “Ellos deben lograr que la deuda regrese a niveles sostenibles de forma que puedan regresar a los mercados. Yo esperaría que estén interesados en discutir con el FMI cómo hacerlo”, indicó Georgieva.
Desde el equipo de Fernández habían dejaron trascender que la negociación sigue contando con el apoyo de la Casa Blanca, pese al contrapunto que representó la postura del futuro presidente de Argentina con respecto a la situación en Bolivia, respecto de la posición adoptada por Doinald Trump de respaldo a los golpistas. La titular del Fondo confirmó ese apoyo, aunque también mostró cautela sobre la posición que adoptará Fernández. "Obviamente, cada país debe hacer eso por su cuenta y ver atentamente qué políticas permiten destrabar inversiones y generar crecimiento. Esperamos ver más atención en protección social y ya estamos hablando con nuestros colegas del Banco Mundial y del BID para que apoyen esta clase de planes”, indicó Georgieva.
El último reporte del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo proyectó que, al finalizar 2019, Argentina registrará: contracción económica del 3,1 por ciento, aceleración de la inflación hasta el 57,3 por ciento y disparada de la deuda al 93,3 por ciento del producto. Así apenas un año y medio después de pactar el acuerdo Stand-By más grande de la historia del FMI e implementar un programa de austeridad y reformas a imagen y semejanza del tradicional recetario ultraortodoxo, Argentina habrá registrado la séptima recesión más profunda del mundo y la tercera inflación más elevada.