Durante 2018, casi cinco mil niñas, niños y adolescentes padecieron violencia doméstica. En el 73 por ciento de los casos, la persona denunciada como agresora fue un varón, y 8 de cada 10 tenían un vínculo filial con su agresor. Además, casi en el 50 por ciento de los casos convivían con la persona denunciada. Los datos fueron dados a conocer por la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), de la Corte Suprema, en base a casos de chicas y chicos que “se presentaron en la oficina” y también sobre quienes “se relataron hechos de violencia” a lo largo del año pasado.
La OVD, que depende de la vicepresidenta del máximo tribunal, Elena Highton de Nolasco, dio a conocer los datos en coincidencia con la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Abuso contra los Niños, instituido en el año 2000 por la Women's World Summit Foundation (WWSF), en la víspera del Día Universal del Niño por la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño en 1989.
El estudio estableció que, en 2018, 4828 personas, es decir, “el 32 por ciento de las personas afectadas evaluadas en la OVD por hechos de violencia fueron niñas, niños y adolescentes”. En la mayoría de los casos (68 por ciento) quienes dieron cuenta de esa violencia fueron personas adultas afectadas también por la situación, mientras que el 30 por ciento se conoció por la “denuncia de una tercera persona no afectada” y, en el 2 por ciento, de boca de las propias chicas y chicos.
De esas chicas y chicos que padecieron violencia, el 35 por ciento tiene menos de 5 años, el 32 por ciento tiene entre 6 y 10, el 20 por ciento, entre 11 y 14, y el 13 por ciento restabte tiene entre 15 y 17 años. En promedio, entre 0 y 10 años la violencia victimizó más a niños que a niñas (el 18 por ciento de quienes la padecieron fueron niños de entre 0 y 5 años y el 17 por ciento, niños de entre 6 y 10 la padecieron; frente al 17 y el 15 por ciento que afectó a niñas de esas franjas etarias). En cambio, entre los 11 y los 17 años quienes más padecieron violencia fueron las niñas (el 12 por ciento fueron chicas de entre 11 y 14, el 9, chicas de entre 15 y 17, frente al 8 y el 4 por ciento respectivamente en el caso de los varones).
En casi todas las denuncias recibidas se registró violencia psicológica (más del 93 por ciento de los casos). Pero también hubo violencia física (44 por ciento), simbólica (36 por ciento, afectó en el 65 por ciento de los casos a chicas), económica (27 por ciento) y ambiental (22 por ciento). El informe señaló que “entre las niñas y adolescentes mujeres, las formas de violencia más recurrentes son las de tipo psicológica, simbólica y física”.
En cuanto a violencia sexual, que afectó al 10 por ciento de las chicas y chicos atendidas, ocho de cada diez víctimas fueron niñas y adolescentes. Así como “la violencia de tipo económica patrimonial es menor en la medida que la edad de la niña es mayor, la violencia de tipo sexual crece en la medida que aumenta la edad de las niñas”.
En el caso de los varones, “las formas de violencia más recurrentes son también las de tipo psicológica y física, seguida por la de tipo patrimonial”. Por otra parte, “aunque la violencia de tipo simbólica es menos usual que entre las niñas y adolescentes mujeres, también es ejercida a niños y adolescentes varones (31 por ciento en el grupo de 15 a 17 años)”.
De las adolescentes de entre 14 y 17 años, el 15 por ciento tenía vínculo de noviazgo con la persona denunciada. Además, 15 niñas y adolescentes cursaban embarazos.
En el 96 por ciento de los casos las personas denunciadas son adultas “jóvenes de entre 18 y 21 años (3 por ciento) y adultas entre 22 y 59 años (93 por ciento). En 7 de cada 10 casos la persona denunciada es un varón. En el 88 por ciento de los casos, las chicas y chicos víctimas tienen vínculo familiar con la persona denunciada: “filial (80 por ciento), fraternal (2 por ciento), noviazgo (2 por ciento) y otro familiar hasta 4º de parentesco (4 por ciento)”. El 50,8 por ciento “cohabita con la persona denunciada”.
En 111 casos, chicas y chicas tuvieron lesiones físicas que debieron ser atendidas y evaluadas. De ese grupo, el 41 por ciento tuvo lesiones en el rostro; el “42 por ciento había tenido lesiones anteriores producto de situaciones de violencia”.
Las denuncias llegadas a la OVD que involucraban a chicas y chicos tuvieron en casi todos los casos un destino en la justicia civil (99 por ciento), y gran parte de ellas, fueron derivadas a la justicia penal (81 por ciento). Además, el “90 por ciento fueron derivadas al Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes” porteño, y el “41 por ciento tuvieron derivaciones al sistema de salud”.