Babasónicos tiene 25 años, pero nosotros somos de noviembre y el NO de marzo. Cuando uno empieza, lucha por ganar y sostener un espacio de opinión generacional y que esa opinión se pueda sostener en el tiempo. Esos pequeños hitos, en algún punto, cambian conductas de la cultura. Por eso perdura el NO.

Nosotros nos adelantamos a que los medios consideren que el rock y toda la música hecha por jóvenes era una opinión relevante. Babasónicos se enfrentó ante una primera concepción equivocada sobre lo nuevo, que emanaba del concepto editorial de Página/12: como si fuese muy moderno o progresista para opiniones políticas, pero conservador y reaccionario hacia lo nuevo en cuestiones musicales. El NO tenía cierto ajusticiamiento conservador hacia nosotros en las notas de los primeros discos, cosa que después fue cambiando. Nosotros también fuimos cambiando disco a disco. Me he cruzado con editores de la primera época que después se transformaron en súper fans de Babasónicos. Al principio veían que las cosas pasaban por otro lado, por el rock de protesta, sin darse cuenta que el rock de protesta era antiguo y solo generaba marketing de protesta. 

Ese periodo no es sustancial de la larga relación de estos 25 años. El recuerdo más feliz que tengo son las encuestas, sobre todo porque los participantes son músicos. En cuatro ocasiones ganamos disco del año, tres de ellas consecutivas: Jessico, Infame y Anoche, y después Romantisísmico. También hemos ganado mejor show y no recuerdo si revelación. También tuvimos discos que salieron segundos. Estar dentro del consenso de los músicos es uno de los mejores halagos o pequeños triunfos que uno puede tener. Que tus pares reconozcan el esfuerzo no quiere decir que tu disco sea el mejor, sino que aplauden la búsqueda que estás teniendo.

En la tapa de la Encuesta 2001, donde se suponía que teníamos que estar felices porque sacamos Jessico, nuestro primer disco ganador, fue un momento bastante agrio para recibir determinadas bondades o sorpresas respecto al contexto que se estaba viviendo en Plaza de Mayo. Pero la historia tiene sus revanchas y sus bemoles, y tuvimos la posibilidad de hacer discos y discutir una opinión coyuntural año tras año.

Esté de acuerdo o no, lamento que se pierdan lugares de posicionamiento del discurso joven. Valoro estos focos. Cuando nosotros empezamos había pocos, y con el tiempo logramos que haya muchos medios que lo traten. Perder esos lugares que se han ganado con pequeñas batallas culturales en tanto tiempo no me hace feliz. Yo soy más afín a las ideas del NO que a gran parte de la opinión de la prensa del rock. Babasónicos siempre tuvo un lugar desde donde opinar sin filtro. Si no existiese este rincón de opinión sería muy difícil para las generaciones jóvenes o primerizas que no pueden ingresar a otros ángulos de difusión que la cultura propone. Por eso brindo, por lo menos, por 25 años más.