La automotriz General Motors suspenderá a unos 350 empleados de su planta de General Alvear, cerca de Rosario, por un período de nueve meses, adelantaron ayer desde el Smata. La medida todavía no está confirmada de parte de la empresa, pero el gremio adelantó anoche que los suspendidos cobrarán el 80 por ciento del salario durante esos nueve meses y que dejaran de trabajar el próximo lunes. Todo indica que en las próximas horas se oficializará la decisión. Por su parte, la alemana Volkswagen suspenderá a 600 trabajadores en su planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, por 30 días. La crisis en Brasil y el incremento de las importaciones que recortan la tracción positiva del mercado local son factores que explican la situación.
Según datos del Citra-CTA, la industria manufacturera es el sector con mayor destrucción de empleo en el último año, con unos 40 mil puestos de trabajo perdidos. Las actividades metalmecánicas, incluyendo el bloque automotor (terminales automotrices y autopartistas), fueron las de peor desempeño, con una caída del empleo del orden de los 16 mil puestos. El CEPA calculó que en 2016 las terminales despidieron a 3435 trabajadores y suspendieron a 5725. En el rubro autopartista también hubo despidos. “Todos los que trabajan con Toyota –cuyas ventas no dependen de Brasil– están bien, tienen actividad, vínculo con el cliente y piensan en nuevos proyectos. Pero los que están con Fiat, Renault, Peugueot y General Motors están complicados”, dicen los autopartistas, que general cerca de dos tercios del empleo automotor.
“Nuestro objetivo es mantener las fuentes de trabajo. El Chevrolet Classic y el Agile no se fabrican más desde el año pasado. De 17 autos por hora se fue a 15 gracias al nuevo auto que se fabrica, que es el Cruze II. Si bajaba a 13, quedaba un solo turno y nosotros luchamos para que al menos queden dos”, describió ayer Marcelo Barros, titular del Smata Rosario.
“En principio iban a ser 400 despidos, pero logramos un acuerdo para que se transformen en suspensiones por nueve meses y achicar esa cifra a 350 trabajadores”, agregó Barros, quien negoció que el acuerdo de suspensión contemple el pago del 80 por ciento del sueldo de bolsillo. No se descarta la apertura de un proceso de retiros voluntarios. General Motors emplea a 2300 trabajadores en General Alvear, cerca de Rosario.
“El Chevrolet Cruze es un auto pensado para vender en el Mercosur, fundamentalmente en Brasil, por eso su producción se resintió. Es el efecto no deseado del modelo vigente, en donde Argentina se especializa en la producción de autos medianos y picks-up y Brasil se concentra en los autos chicos, con menor valor agregado y mayor necesidad de escala. Cuando los dos países crecen, es un círculo virtuoso, pero en este contexto, se complica”, analizó un referente de la industria ante este diario.
Las suspensiones en General Motors se sumarán a los 600 trabajadores afectados del tercer turno de Volkswagen, medida que la empresa alemana confirmaría en estos días. Además, Fiat mantiene suspensiones de sus 2 mil operarios al menos dos días por semana, mientras que en Renault está vigente una “parada técnica” hasta el 13 de marzo y por eso otorgó vacaciones a casi la totalidad de sus 1300 trabajadores.
A raíz del esquema de integración con Brasil y de la flexibilización en la administración del comercio por parte del Gobierno argentino, el año pasado creció el peso de los autos importados en el mercado local. Las terminales entregaron a los concesionarios 721.411 vehículos, un avance del 22,9 por ciento frente a los 587.109 autos de 2015. Sin embargo, los autos nacionales vendidos al circuito minorista ascendieron a 281.659, con un avance del 0,5 por ciento frente a los 280.221 de 2015. La venta de importados a la red de concesionarios subió en 2015 a 439.752, un 43,3 por ciento.
Para este año el sector automotor prevé un leve aumento de la producción. Sin embargo, esta mejora difícilmente tenga impacto en el empleo, ya que las firmas están trabajando con alto nivel de capacidad ociosa.