Los pibes músicos de mi generación, la que nació entre fines de los ‘70 y en los ‘80, le tenemos mucho cariño al suplemento NO. Siempre me pareció que tenía otra vuelta de rosca, un poco más under que los otros suplementos. Además, ni hablar de la hermosa adrenalina que te provocaba llamar a la redacción para pasar tu fecha… y esperar al jueves… ¡a ver si salía! Eso era algo copado y vertiginoso a la vez. Hoy todos publicamos más que nada en las redes, donde está conectado nuestro público, pero antes los músicos dependíamos casi absolutamente de estas agendas y también del volanteo mano a mano, otro hábito que se va perdiendo.

También recuerdo una nota que me hicieron después de hacer los 100 Nicetos en la calle, y antes del triple Non Stop de Dancing Mood: yo venía muy caliente por una entrevista en otro medio, donde me habían sacado de contexto, y esa entrevista en el NO, que fue tapa, significó un mimo.

¡Y el plus de Clara de Noche, que era un gol de Messi! ¿Quién no se enamoró de guachín de esa morocha dibujada? Ahora me enteré que lo sacaron por cuestiones de género. Y está bien: los tiempos cambian y es bueno que el suple se dé cuenta.