El banco JP Morgan incorporó ayer bonos argentinos a su indicador de referencia para los mercados emergentes. La decisión de sumar tres títulos en pesos al Indice de Bonos de Gobierno-Mercados Emergentes había sido anunciada en enero cuando el Ministerio de Hacienda eliminó el plazo mínimo de 120 días de permanencia en el país que regía para las inversiones especulativas. El indicador GBI-EM, por sus siglas en inglés, está compuesto por títulos en moneda local de diecinueve países como Brasil, Chile, Colombia, Indonesia, Turquía, Nigeria. Es utilizado como guía por fondos de inversión que administran más de 185.000 millones de dólares. La medida estimula el ingreso de fondos especulativos al mercado local. El peso de los bonos argentinos en el GBI-EM es de 1,56 por ciento. El próximo objetivo del Gobierno es lograr que las acciones argentinas vuelvan a ser miembro de los índices Morgan Stanley Capital International (MSCI). Seguidos por fondos que suman 1,4 billones de dólares, las firmas emisoras locales fueron desplazada de esos indicadores en 2009. 

Desde que se conoció la incorporación de los Bonte 2021, 2023 y 2026 en el GBI-EM su demanda se infló. Ingresaron alrededor de 2500 millones de dólares a ese segmento y la cifra podría subir incluso hasta los 2900 millones en los próximos meses. En el Palacio de Hacienda consideran que, al inflar la demanda de los títulos locales, la medida contribuye a reducir los costos de financiamiento externo del país. El desempeño de muchos fondos de inversión se evalúa en comparación contra los retornos arrojados por alguna de las canastas de bonos de referencia elaboradas por bancos de inversión como el JP Morgan. Así, cuando los títulos emitidos por un país son sumados al índice, el responsable de determinar dónde invertir balancea su portafolio para comprar esos papeles y garantizar una rentabilidad promedio que no resulte en una sangría de clientes. 

En el CEPA explican que “la banca JP Morgan está jugando el rol que antaño desempeñaban el FMI y BM: ofrece ‘beneficios’ con condicionalidades. Si el BM y FMI son organismos con representación de los Estados, el JP Morgan directamente es la banca privada. El capital financiero transnacional”. Desde el colectivo de economistas advierten que “los dólares que ingresen por este acuerdo serán dólares especulativos que, dada la nueva legislación, podrán volver a su país de un momento a otro. Esto no sólo es una forma más de financiar la fuga de capitales en el corto plazo sino también un factor que agrega un fuerte componente de fragilidad y vulnerabilidad económica al país”.

Las regulaciones a la entrada y salida de capitales que ampliaron el margen de maniobra para hacer frente a la crisis le valieron al país la expulsión del universo de los mercados emergentes. La eliminación de las barreras para los movimientos de corto plazo que solo buscan maximizar su rentabilidad le permitirá a Macri concretar la operación retorno para disimular con anabólicos financieros la ausencia de las inversiones extranjeras genuinas. “Nuestro país continúa tomando un rumbo totalmente opuesto al que parece dirigirse la economía mundial. Sin ir más lejos, en la misma semana que anunciaban la quita de controles a los capitales en nuestro país, en China imponían un límite a la compra de divisas por individuo”, sostienen en el CEPA.