Cambiemos fracasó en su intento por avanzar con la versión argenta de la ley de “ficha limpia” que propone prohibir las candidaturas a cargos electivos de las personas condenadas en segunda instancia solo por delitos de “corrupción”. El actual oficialismo reunió 101 diputados y no alcanzó el quórum para sesionar. Desde Cambiemos anunciaron que insistirán con la iniciativa que tomaron de la legislación brasileña y aludieron, a modo de ejemplo, que el ex presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, “no podrá ser candidato” a pesar de su libertad. En el Frente de Todos, que no acudió a la cita, sostienen que la prohibición debe alcanzar a quienes tengan una condena firme y que no se incluyeron otros delitos como “contrabando, lavado de dinero, evasión fiscal, narcotráfico y quienes tengan cuentas offshore”.

La alianza de Gobierno solo logró sentar a 90 de los 108 que integran su interbloque a los que se sumaron sus 3 aliados de Evolución Radical y apenas 8 opositores (la mayoría alineado con el lavagnismo). Con la suerte sellada, el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, habilitó las “manifestaciones en minoría”.

El macrista Pablo Tonelli insistió en que la inhabilitación previa para ser candidato de las personas condenadas en segunda instancia sería “un gran paso en la lucha contra la corrupción”. Su compañera de bancada Silvia Lospennato invocó el artículo 36 de la Constitución Nacional, que tras la modificación de 1994 establece que “la corrupción es un delito gravísimo, tan grave como el de sedición, que pone en riesgo el funcionamiento del sistema democrático”.

La diputada de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli llamó a “no confundir la exigencia del derecho penal con el derecho electoral porque la libertad que ha conseguido el ex presidente Lula en Brasil lo es porque la Corte entendió que no debía espera la sentencia firme detenido. Pero esa decisión no invalida la ley de ficha limpia, ya que aún en libertad no podrá postularse a cargo electoral alguno”, ejemplificó.

Por fuera de Cambiemos, tomó la palabra Graciela Camaño (CF). “El gobierno que se va, lamentablemente se va con una Oficina Anticorrupción totalmente cuestionada; con un funcionario importante (Juan José Aranguren) que hace dos o tres días fue convocado a indagatoria; se va con funcionarios cuestionados jurídicamente”, dijo Camaño.

Con la sesión caída, Carrió ingresó al recinto y pidió la palabra para levantar lo que considera su bandera. Fue un discurso plagado de autoreferencias y anécdotas, pero donde también prefirió victimizarse cuando dijo que “si ahora renuncio a la banca es para que, a partir de marzo, si los señores del PJ o el Frente para la Victoria quieran venganza no necesitarán perturbar al Parlamento y solo tienen que ir a buscarme. Yo tengo la valija lista con los camisones rayados para ir a la cárcel común”, expresó.

Carrió defendió el proyecto de “ficha limpia” y sentenció que el Congreso “no puede ser el antro de la impunidad en Argentina. Cada diputado y cada senador que está con prisión preventiva tendría que tener vergüenza, respeto por el Parlamento y estar fuera”. “Hay personas que no tendrían que haber sido elegidas por la simple razón de que no podrían ejercer el cargo por estar en prisión preventiva. Me estoy refiriendo a la vicepresidenta electa”, agregó sobre Cristina Kirchner.

Luego afirmó que nunca pactó impunidad con Mauricio Macri. “El presidente está siendo investigado en varias causas judiciales, porque hay ministros que tienen causas judiciales en trámite y es la primera vez en Argentina que el gobierno está en el gobierno y está siendo juzgado. En consecuencia, las instituciones funcionan”, remarcó.

Pero su raudo paso por el recinto no terminó bien. La siguió en el uso de la palabra la radical Brenda Austin: “Para que no nos perdamos en el repaso de las anécdotas personales y de vida volvamos al foco de la sesión”, arrancó la cordobesa. Carrió se acercó rápidamente hasta ella y tocándole el hombro con el dedo índice le dijo: “Las anécdotas, no te olvides de las anécdotas”. “No me amenace diputada, no me amenace”, respondió Austin. “No te amenazo”, dijo Carrió en medio de la retirada. Antes del regreso al llano, los pases de facturas crecen en Cambiemos.