Activistas y grupos defensores de los inmigrantes reclamaron ayer acciones concretas e inmediatas al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la reforma migratoria que mencionó el martes en su primer discurso ante el Congreso. Para la mayoría de los demócratas y grupos progresistas afines, la política migratoria que trazó Trump en su discurso (muro fronterizo, deportación de criminales y demás indocumentados, y un sistema con base a “méritos” laborales) son un giro más hacia la derecha y no un gesto compasivo con los inmigrantes. 

Para la abogada Marielena Hincapi‚ directora ejecutiva del Centro Legal para la Inmigración, la idea de un sistema migratorio que se base en “méritos” representa un cambio radical al sistema migratorio estadounidense, que está basado en la reunificación de las familias. La adopción de un protocolo apoyado únicamente en un “sistema de méritos” o formación profesional de los interesados eliminaría la posibilidad de que numerosas familias puedan soñar con permanecer unidas. “Pero además ya hay visas laborales, que se enfocan en especialidades”, dijo Hincapi, para añadir que se orientan a personas que ya son de clase media o por lo menos con recursos para poder estudiar y desarrollar su carrera. 

Por su parte, el presidente de la influyente Liga de Ciudadanos Latino Estadounidenses (Lulac), Roger Rocha, lamentó que Trump haya defendido ante el Congreso su visión de los inmigrantes como una amenaza a los estadounidenses. “Trump sigue haciendo generalizaciones y declaraciones irresponsables sobre los inmigrantes, pintándolos como criminales que le sacan el trabajo a los estadounidenses”, criticó Rocha. “La unidad nacional no se puede lograr con un presidente que rehúsa citar las contribuciones invalorables de los inmigrantes en este país”, dijo en un comunicado.

Jorge Mario Cabrera, de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla), declaró: “Las acciones hablan más fuerte que las palabras, y hasta el momento el presidente ha sido incansable en su retórica. Sus únicas acciones, en forma de órdenes ejecutivas y medidas para ampliar y acelerar las deportaciones, levantar el muro fronterizo y el veto a los extranjeros procedentes de varios países musulmanes, infundieron el miedo en las familias inmigrantes. Una reforma migratoria no es un juego”, advirtió Cabrera, que exigió al presidente que presente lo antes posible su propuesta de regularización de los cerca de 11 millones de indocumentados que se calcula residen en el país.

En opinión de Janet Murguía, presidenta y directora ejecutiva del Concejo Nacional de La Raza (NCLR), Trump moderó el tono y ahora habla de medidas bipartidistas sobre la inmigración. Sin embargo, para Murguía, mantiene sus órdenes ejecutivas que tienen un impacto real y erosionan los derechos civiles de los ciudadanos y debería poner fin a la separación de las familias inmigrantes, dijo en un comunicado. 

Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (NALEO, en inglés), reclamó la acción inmediata del presidente y del Congreso para “poner en acción las palabras” de Trump sobre inmigración. “La gente está cansada de las peleas partidarias y del teatro político, quiere acción y que se reconozcan las contribuciones de los inmigrantes con una reforma migratoria ahora”, declaró en un comunicado. 

“El discurso del presidente estuvo vacío, completamente divorciado de la realidad y del daño que ha provocado en las comunidades más vulnerables del país”, señaló la Unión de Libertades Civiles (ACLU), en un comunicado en el que prometió mantener la defensa en la corte de cualquier abuso de Trump contra inmigrantes y refugiados. Por su parte, la activista y defensora de los jóvenes indocumentados que llegaron al país de niños, conocidos como “soñadores” (dreamers), Erika Andiola destacó en un mensaje en la red social Twitter que Trump usó en su discurso del martes “la falsa narrativa del inmigrante bueno y malo” para dividir a las comunidades. “Trump continúa etiquetando a los inmigrantes como criminales, una acusación tan falsa como cruel”, dijo a su vez Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice. 

Oscar Chacón, de Alianza Américas, reconoció el “cambio significativo de estilo” en el discurso de Trump ante las dos cámaras del Congreso, y su “tono más cortes”, pero destacó que en el tema migratorio mantuvo la tesis de que los extranjeros son una amenaza para la sociedad estadounidense. “Es una tesis errónea. La evidencia científica demuestra que los extranjeros son una bendición para la sociedad estadounidense porque generan riqueza, pagan impuestos y enriquecen el mosaico de culturas”, declaró.