“El público responde, porque la sorpresa es parte de la naturaleza de la ópera y nosotros hace seis años que proponemos cosas distintas”, dice Michal Znaniecki. El director del Festival Ópera Tigre se apoya en la propia tradición y anuncia con inocultable satisfacción una nueva edición, la sexta, del evento que desde este sábado actualizará el sueño barroco de la ópera en las islas y los canales del Delta. Este año, la programación del FOT estará dedicada a Stanislaw Moniuszko, el padre de la ópera polaca, a 200 años de su nacimiento. El sábado a las 21, en la isla Kaiola Blue (Arroyo Gelvez y Espera), la soprano Iga Caban y el tenor Hubert Stolarski rendirán homenaje al compositor polaco y a la Europa de su tiempo en la gala inaugural. Tras un pre-estreno el sábado a las 15 en el Puerto de Frutos, el domingo, a las 15.30 frente al Museo Casa Sarmiento y a las 18 en la zona del Museo Arte Tigre, se pondrá en escena Flis, de Moniuszko, estrenada en Varsovia 1858 y actualizada en el Delta del Paraná al aire libre, sobre barcos, botes y escenarios insulares, según la naturaleza del Festival.
El sábado 30 a las 21, el concierto de cierre del Festival, también en Kaiola Blue, tendrá como protagonista a la soprano Gosha Kowalinska, con el bandoneonista Pablo Mainetti como invitado. Las actividades, organizadas por la Fundación Jutropera y Tigre Municipio, con el auspicio del Instituto Música y Danza de Polonia y la colaboración de la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires, son gratuitas. Para los traslados desde Puerto Madero o desde la Estación fluvial de Tigre, se puede consultar www.sturlaviajes.com.ar
“Este año pudimos concretar el viejo sueño de poner en escena una ópera de Moniuszko”, comenta Znaniecki. “El agua es uno de los lugares comunes del Festival y Flis, que es la historia del amor de un remero y una joven llamada Zosia, tiene que ver con eso. La acción original transcurre en el río Vístula, en Polonia, y nosotros la traemos a los paisajes del Delta”, continua el director. “Esta es una de la óperas menos consideradas de Moniuszko, tal vez porque al ser una ópera cómica no es lo que más se puede esperar de quien es considerado el padre de la ópera nacional polaca. Sin embargo es preciosa, dura poco más de cincuenta minutos y su música es maravillosa. En Polonia está siempre en repertorio, por eso teníamos que encontrar otra amanera de representarla en este ámbito, no solamente caminando por la selva, nadando en la laguna o trepando a los árboles, como ya hemos hecho con otras óperas”, agrega el director de escena.
“Para esta puesta contamos con un gran elenco de artistas argentinos y polacos, por eso pensamos en Flis como un gran evento. Usaremos las plazas, los ríos, los lagos, nos moveremos sobre embarcaciones. En fin, ocuparemos escenarios naturales, que es lo más lógico que podría suceder en un evento como el nuestro. La idea principal es siempre la de sacar la ópera de la sala para colocarla en medio a la naturaleza, pensando en un público que de nosotros espera lo inesperado”, asegura Znaniecki. La puesta en escena será protagonizada por los mismos cantantes polacos de la gala de apertura. Caban tendrá a su cargo el papel de Zosia y Stolarski el del joven remero Franek. Además, el barítono Leonardo Estévez interpretará a Jakub, el peluquero prometido, y Alfredo Martinez será Antonii, el adinerado padre de Sozia. Actuarán también la orquesta Sol lírica y el coro del FOT, formados por músicos latinoamericanos, bajo la dirección del polaco Bartosz Olejnik, y un cuerpo de bailes dirigido por la coreógrafa Diana Teocharidis.
A mediados del siglo XIX, Moiniuszko funda el nacionalismo musical polaco con Halka, su primera y exitosa ópera, a la que seguirán títulos como La condesa (1862), La casa embrujada (1865). “Si bien trató siempre temas muy ligados a la vida y a la idiosincrasia polaca, Moniuszko fue un compositor viajero. Conoció, escuchó y compuso a través de los ríos de Europa”, asegura Znaniecki. “En la gala inaugural queremos reflejar esos recorridos, las ciudades que atravesó y las músicas que lo influenciaron. Por ejemplo Meyerbeer en París, Smetana y Dvorak en Praga. El programa pondrá en relación su música con otras músicas relacionadas con el río” agrega Zanniecki, que hablando de agua el año que viene, entre otras cosas, tendrá a su cargo la puesta de El pescador de perlas de Georges Bizet en la temporada lírica del Teatro Colón.
“La idea del Festival Ópera Tigre tiene que ver con vivir una experiencia musical de la manera más accesible: a través del juego. Y en esta edición en particular poder descubrir a un compositor polaco por acá muy poco conocido”, dice Znaniecki. “Como siempre pensamos en un espectáculo atractivo, para el que conoce y para el que no conoce. Porque más allá del gusto, trabajamos sobre la capacidad de asombro. La gente llega desde Puerto Madero o desde el la estación fluvial de Tigre o desde otras islas, para vivir una experiencia distinta. No proponemos conciertos u óperas, proponemos experiencias, la posibilidad de participar de otra manera de un evento musical que en la base sostiene el espíritu de la ópera. Es decir, el desafío a la naturaleza”, concluye el director.