Los cuerpos de los ciudadanos se comprometen cuando el futuro está en peligro. La “torre de marfil” se desmorona cuando el mayor riesgo es el aislamiento y el miedo a los otros. Al británico Ken Follet –autor de Los pilares de la tierra, best seller con 160 millones de ejemplares vendidos en el mundo- se le ocurrió una idea: formar un pequeño grupo de escritores que, como una banda de rock, se animara a iniciar una gira para cantar las cuarenta contra el Brexit. Lo llamó a Lee Child, el creador del personaje Jack Reacher, protagonista de 23 novelas, quien aceptó la invitación. Pronto se sumaron Jojo Moyes y Kate Mosse. El cuarteto de autores ya debutó con el Friendship Tour –o la “gira de la amistad”- en el festival Bookcity de Milán, estuvo por Madrid y también se presentará en Berlín (el próximo sábado) y en París (el lunes 25). “No somos sólo nosotros cuatro los que estamos en contra de salir de la Unión Europea, sino que 35 millones de británicos se sienten igual. La gente joven quiere quedarse en Europa y los que han votado que no, morirán dentro de poco. No quiero sonar arrogante pero los culpables han sido la prensa deshonesta y los políticos incompetentes”, planteó Child.
“Algo terrible ha sucedido en mi país”, dijo Follet en Milán como si encarnara en el siglo XXI a Marcelo, un personaje secundario de Hamlet, que ha trascendido gracias a la famosa frase “algo huele a podrido en Dinamarca”. “Digan lo que digan nuestros políticos, nosotros nos seguimos sintiendo europeos. Este vínculo de amistad debe seguir existiendo”, agregó Moyes, la reina de la novela romántica con títulos como Yo antes de ti. Child, británico que vive en Nueva York, recordó que cuando él nació el primer ministro británico era Winston Churchill, “un hombre que pasó gran parte de su vida defendiendo la supremacía británica, pero incluso él creía que necesitábamos unos Estados Unidos de Europa”, explicó el escritor con varios libros publicados en Argentina gracias a Blatt & Ríos, como Noche caliente, Sin segundo nombre y Tiempo pasado (coeditada junto a Eterna Cadencia). “Ahora, ese proyecto ha descarrilado y ni Jack Reacher es lo suficientemente poderoso para resolverlo”. Child se refería al protagonista de la saga del mismo nombre, con la que vendió más de 100 millones de ejemplares. “En todos los lugares y momentos históricos, cuando la situación política se complica, los líderes siempre han buscado enemigos externos”, advirtió Mosse, autora de El laberinto, traducida a 38 idiomas.
Child criticó al más radical y mentiroso brexiter, el eurodiputado Nigel Farage. “Lo odio”, confesó el creador de Jack Reacher. “Si tuviera delante a Farage, le daría una patada en los testículos”, añadió durante la charla en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. El escritor británico comentó que el líder del Partido del Brexit “es un especulador en moneda extranjera, está casado con una alemana, y sus hijos, al igual que su apellido, son franceses. ¿Cómo puede ser antieuropeo?", se preguntó. Moyes echó más leña al fuego contra Farage, quien admitió haber mentido en su compaña pro Brexit. “También yo le daría una patada en los testículos, y además con las botas puntiagudas que llevo ahora”, subrayó la autora de novelas románticas. El mensaje es claro: ninguno quiere irse de Europa. “Yo soy inglesa, muy inglesa, y también soy europea”, se definió Mosse, creadora del premio Women's Prize for Fiction, quien destacó que es fundamental en este proceso de incertidumbre que la voz de la mujer sea escuchada, en particular en un contexto político donde la presencia femenina ha disminuido en el Parlamento.
En cuanto a la opción “poco probable” –según Follet- de un segundo referéndum que pudiera desenmarañar la madeja de la realidad política inglesa, a Moyes le pareció una posibilidad, lo mismo a Child, que consideró “legítimo que la gente cambie de opinión”. En disidencia, Mosse reconoció que preferiría “votar por otro acuerdo”. “El problema es que toda nuestra vida personal se ha envenenado, y eso es lo más triste”, reflexionó Mosse. Child responsabilizó por el Brexit a “algunos medios de comunicación corruptos que insisten en que Europa es mala. Si la gente se quiere marchar es por culpa de la propaganda”. Para Follet, la sociedad “probablemente se dejó engañar” porque “la gente leía periódicos idiotas”. Child promulgó también la autocrítica. “Nos hemos hecho muy conformistas con la democracia. Deberíamos habernos dado cuenta de lo frágil que es y defenderla con más ahínco. Hemos dejado que la cosa se estropeara y ahora debemos luchar para defenderla”.