A Gabriel Barbosa le dicen "Gabigol" y en esta final de la Copa Libertadores dejó en claro, una vez más, porqué. El atacante, que llevaba siete gritos a lo largo del certamen y 22 en el Brasileirão, había aparecido más bien poco en lo que iba del partido definitorio en el estadio Monumental de Lima. Y, sin embargo, a cuatro minutos del final, la estrella del Flamengo lo dio vuelta con dos goles y fue la clave del equipo carioca que se coronó campeón y alcanzó su segundo título continental, tras el conseguido también un 23 de noviembre pero de 1981.

Será un misterio dilucidar si, en los primeros 15 minutos, a los cariocas les pesó el mote de candidatos con el que llegaron a esta final -concebidos así por sus hinchas, los peruanos neutrales y hasta las casas de apuestas- o si el conjunto millonario se sintió cómodo saliendo a jugar de punto la 15ª final en la era de Marcelo Gallardo. Lo concreto es que River arrancó a celebrar temprano: con gol de Rafael Santos Borré a los 14 minutos, tras un pase de Nacho Fernández por derecha y un fuerte derechazo desde la altura del penal, inalcanzable para el arquero Diego Alves.

Los millonarios conseguían una diferencia muy valiosa y los conducidos por el portugués Jorge Jesús sentían el golpe. Pero más allá del gol, la estrategia de Gallardo vencía. A los 25 minutos de la primera parte, una jugada en la que Javier Pinola raspó en la mitad de la cancha y barrió desde el piso para quedarse con la pelota se convertía en una buena metáfora del juego hasta entonces: los dirigidos por Gallardo les hacían sentir el rigor con su presión y el corte de su juego -allí donde el capitán y Enzo Pérez se lucían especialmente- y los brasileños transparentaban su incomodidad.

La movilidad característica del conjunto brasileño, esa que motivaba a propios y a neutrales a tenerlo como temido candidato a protagonizar este duelo, seguía sin verse. Y mientras un desconcertado Flamengo naufragaba entre su nerviosismo y la falta de juego, River redoblaba la apuesta: a la inteligencia de desactivar el juego natural de los brasileños (muchas veces con falta: hizo 27 contra 12 del rival), le sumaba la fluidez ofensiva y el vértigo que caracteriza a su propio juego.


En la segunda parte, los cambios y ese huracán que supo ser Flamengo en esta Libertadores empezaron a cambiar la historia.
Mientras que Lucas Pratto no entró bien y resolvió mal varias de sus intervenciones (el empate llegó tras una pelota que le robó Giorgian De Arrascaeta), Diego ingresó y le dio aire en ataque al Mengao, donde se encendieron Bruno Henrique y su capitán, Èverton Ribeiro. Aunque no era profundo, el once carioca se iba adelantando. La alarma, que además fue la primera combinación colectiva punzante de los brasileños, llegó tras una jugada por la izquierda que ni Gabigol ni Ribeiro pudieron convertir en gol. Hasta entonces, a los cariocas no les alcanzaba y los que contenían su festejo eran los millonarios.

Pero ya algún periodista brasileño lo había dicho en la previa: "Flamengo no tiene rivales, tiene víctimas". Prueba de ello son los 26 partidos que, con esta final, acumula sin derrotas. Tiene, además, un tándem goleador que es implacable, y que lleva más de 60 gritos en esta temporada. Todo eso empujado por la ilusión de consagrarse otra vez campeón, tras 38 años de sequía. Quizás River perdió de vista algo de todo eso, y entregó demasiado en el segundo tiempo, ese en el que apareció Gabigol y, a cuatro minutos del cierre, le arrebató el bicampeonato para volver a ser el mejor de América.


Formaciones

1 RIVER PLATE: Armani; Montiel, Martínez Quarta, Pinola, Casco; E. Pérez; I. Fernández, Palacios, De La Cruz; Borré, Suárez. DT: Gallardo.

2 FLAMENGO: Alves; Rafinha, Rodrigo Caio, Marí, Filipe Luís; Gerson, Arao, Everton Ribeiro; De Arrascaeta, Gabriel Barbosa, Bruno Henrique. DT: Jorge Jesús.

Estadio: Monumental de Lima (Perú). Arbitro: Roberto Tobar (Chile). Goles: 14m Borré (R); 89m y 92m Barbosa (F). Cambios: 65m Diego por Gerson (F), 68m J. Álvarez por I. Fernández (R), 71m Pratto por Borré (R), 75m P. Díaz por Casco (R), 85m Vitinho por Arao (F), 92m Piris da Motta por Arrascaeta (F). Incidencias: 93m expulsados Palacios (R) y Barbosa (F).