Un grupo de organizaciones cristianas, entre las que se cuentan Cristianos para el Tercer Milenio (CTM), Centro Nueva Tierra (CNT), Grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COPP) y la Comunidad Eclesial Jean Dumont de la Parroquia de Santa Cruz, emitieron un documento en "solidaridad con el pueblo indígena-originario-campesino boliviano" y para "denunciar la represión y la matanza de hermanos que ocurre hoy Bolivia y en distintos países de América Latina" al tiempo que reclaman una urgente toma de posición de la jerarquía católica del continente.
En el texto los firmantes llaman a "detener la persecución de la protesta popular y a reponer urgentemente el orden democrático e institucional allí donde se lo haya quebrantado mediante un golpe de Estado como en Bolivia" y demandan a la jerarquía católica de cada uno de los países Latinoamericanos y "al CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), es decir al organismo que agrupa a los Obispos de toda Latinoamérica y el Caribe, para que abandone toda duda, todo cálculo y toda ambigüedad y condene expresa y claramente el golpe y la matanza de hermanos".
Porque, dicen, "no basta con que el teólogo brasilero Agenor Brighenti, asesor de CELAM, haya denunciado que la iglesia católica boliviana está apoyando el golpe, (y esto) es vergonzoso. Y además que en ningún país de Latinoamérica la Iglesia supo acompañar los gobiernos populares". Agregan que "no basta tampoco la valiente pero solitaria postura del Cardenal Boliviano Toribio Ticona", sino que "es necesaria y urgente una palabra oficial fuerte y clara de la jerarquía católica del continente".
Dado que "la muerte de los disidentes es algo horrendo y, sin duda, no es el modo cristiano de resolver los conflictos" sigue diciendo el documento, "como cristianos, y asumiendo la responsabilidad social que nos fuera asignada con el bautismo, proclamamos que el silencio o el apoyo explícito a un golpe de Estado no está ni de cerca del corazón de Jesús de Nazaret ni de sus enseñanzas y clamamos como el Salmista, tu Reino es Justicia, Paz y Gracia, hecho de fraternidad, templanza y solidaridad".
Al mismo tiempo los cristianos argentinos denuncian al vocero de la Conferencia episcopal boliviana, José Fuentes Cano, quien "pretende que lo que sucede en su país no es un golpe de estado y contribuye así a justificar una represión que no cesa". Respecto del mismo vocero eclesiástico denuncian que llamó a los bolivianos "a que se mantengan en paz pero en ningún momento denuncia que la intervención de las Fuerzas armadas y policiales se ha convertido en una verdadera cacería de las mujeres y los hombres que salen a defender el orden democrático".
Las organizaciones firmantes recuerdan que "Jesús fue perseguido y muerto porque asumió en sí todos los dramas del hombre, la injusticia, la pobreza, la enfermedad y el hambre" y, dicen, "asumimos nuestro compromiso con todos los oprimidos y nos sumamos a los que, con fe o sin ella, defienden sin cálculos y sin compromisos la integridad y sacralidad de la persona humana".