Página/12 en España
Desde Madrid
Rafael Nadal no deja de impresionar. Por presencia, sacrificio y valor propio, resulta difícil creer que haya un tenista capaz de generar lo que provocó en la madrugada de este domingo en la Caja Mágica, ante un estadio Manolo Santana colmado por casi 15 mil almas que alucinaron con una nueva victoria de España en la Copa Davis. Una vez más, sólo comparado con un semidiós en su tierra, el número uno del planeta se puso el equipo al hombro, ganó sus dos puntos y llevó a su país a la final de la reestructurada competencia por la Ensaladera de Plata.
El conjunto de Sergi Bruguera no comenzó la jornada de semifinales con el pie derecho. Al igual que contra Argentina, cayó en el partido inicial y la eliminatoria se le volvió cuesta arriba. El británico Ante una nueva y sorpresiva ausencia de Andy Murray en el segundo single, Kyle Edmund había establecido el 1-0 parcial tras derrotar 6-3 y 7-6 (3) a Feliciano López, el experimentado jugador de 38 años que reemplazó a Pablo Carreño por una contractura en la pierna. Pero faltaba lo mejor: que apareciera Nadal.
El mejor deportista español de todos los tiempos sacó a relucir su jerarquía ante Daniel Evans y, sobre todo, apoyó su juego encima de su servicio, su aliado principal a lo largo de la semana en Madrid: se impuso 6-4 y 6-0 con autoridad y ya empezó a encender a la gente con vistas al doble definitorio.
Feliciano López, un especialista vintage acostumbrado a jugar en partidos calientes por la Copa, lo acompañó en la dupla contra Jamie Murray y Neal Skupski, con un nuevo faltazo del menor de los hermanos. La pareja de zurdos no logró quiebres y tampoco los sufrió, pero sacó chapa en los instantes importantes de un encuentro tan valioso como trascendental y ganó 7-6 (3) y 7-6 (8).
"El tenis es un deporte individual pero, al final de todo, ganar en equipo es mucho más satisfactorio", dijo un emocionado Nadal tras meter a España en su décima final del mundo, instancia en la que buscará la sexta ensaladera.
En el choque por la gloria ya lo esperaba Canadá, que había accedido a su primer encuentro de estas características desde que debutara en el máximo certamen por equipos en 1913. En la apertura de la jornada el equipo norteamericano había superado 2-1 en las semifinales a Rusia, el plantel que venía de sorprender nada menos que a Serbia y a Novak Djokovic.
Como en toda la semana, una vez más Canadá repartió todos sus puntos entre dos jugadores. Vasek Pospisil cayó 6-4 y 6-4 en el arranque ante Andrey Rublev; Denis Shapovalov generó el golpe y venció 6-4, 4-6 y 6-4 a Karen Khachanov; y ambos se impusieron 6-3, 3-6 y 7-6 (5) sobre los dos tenistas rusos.
Canadá utilizó apenas dos jugadores y hasta se dio el lujo de no presentar equipo en el doble de una serie de fase de grupos -ante Estados Unidos-, mientras que España apeló a todas las piezas de su plantel, incluido Roberto Bautista Agut, quien había abandonado la concentración por el fallecimiento de su padre pero estará disponible para la definición. Será un duelo entre dos naciones con formaciones diferentes pero con un sueño en común.