La apropiación de los hermanos Ramírez, que cuando sucedieron los hechos tenían entre 2 y 5 años, será debatido en el mismo juicio oral que se desarrollará por el asesinato de su mamá, María Vicenta Orrego Meza, víctima de un operativo genocida durante la última dictadura cívico militar. Así lo dispuso el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata tras hacer lugar a la solicitud de acumular las causas que la Unidad Fiscal que interviene en los juicios por crímenes de lesa humanidad en esa jurisdicción realizó con el objetivo de "resguardar los derechos que tienen los hermanos como víctimas". Si bien existe una "relación directa" entre los hechos de ambas causas --las violaciones a los derechos de Alejandro, María Ester y Carlos Ramírez se originaron en la muerte de su mamá durante un operativo del que ellos son los únicos sobrevivientes--, acelerar la llegada de un juicio oral que "repare" el daño que siguen sufriendo las víctimas es la principal intención de la medida avalada por el TOF 1: tras más de una década de investigación, tres de los cuatro acusados en el expediente de sustracción fueron apartados del proceso por razones de salud.
En 1977 Alejandro, María Ester y Carlos Ramírez tenían 2, 4 y 5 años y vivían con su mamá María Vicenta, y algunos compañeros suyos de militancia montonera, en una casa en el barrio San José del partido de Almirante Brown. Su papá se había exiliado porque lo perseguían. El 15 de marzo, una patota de la policía comandada por los genocidas Ramón Camps y Miguel Etchecolatz asesinó en esa vivienda a Orrego Meza. Les niñes, úniques sobrevivientes, quedaron al cuidado de una vecina.
Por acción y omisión del Poder Judicial, no volvieron a reencontrarse con su familia biológica hasta el fin de la dictadura. Vivieron esos años en el "Pequeño Hogar de Belén", un instituto a disposición del Tribunal de Menores de Lomas de Zamora que durante todo el período impidió que los familiares –su padre y una hermana de éste- conocieran su paradero, a pesar de las incesantes averiguaciones y gestiones que llevaban adelante para dar con ellos.
Con la caída de las leyes de la impunidad, décadas después, los hechos que elles sufrieron y el asesinato de su madre corrieron suerte en diferentes expedientes judiciales. Sin embargo, ni una ni otra lograron llegar a juicio oral. La dificultad, y en muchos casos la imposibilidad, para conformar tribunales orales federales que persiste en el Poder Judicial a nivel general es especialmente grave en La Plata, en donde existen sólo dos jueces titulares y un tribunal entero --el 1-- debe integrarse con subrogancias.
El fiscal general coordinador de la Unidad platense, Hernán Schapiro, y el auxiliar fiscal Juan Martín Nogueira, advirtieron "el peligro de que se cayera el juicio" que tiene como víctimas a los hermanos Ramírez, que desde que se reencontraron con su familia viven en Suecia con su padre. De les cuatro acusades, todos civiles, solo una sigue en condiciones de sentarse en el banquillo: la entonces secretaria del Tribunal, Nora Susana Pellicer. El "padrino" del hogar, Juan Carlos Milone, la titular del Hogar de Belén, Dominga Vera, y la psicóloga que actuaba en el Tribunal de Menores de Lomas de Zamora, María Teresa Gómez, fueron apartados del proceso por problemas de salud.
El pedido de unificación de esa causa con la que investiga el asesinato de María Vicenta y de otros cinco militantes montoneros más --perpetrados en dos operativos, el 15 y 16 de marzo de 1977-- radica, según explicó Nogueira a este diario, en "el sentido reparatorio que deben tener estas medidas procesales". Con la unificación, se suman los procesados por los homicidios: seis ex policías bonaerenses y los ex comisarios Miguel Osvaldo Etchecolatz, Juan Miguel Wolk y Bruno Trevisán.
Por un lado, "existe una necesidad causal de que ambos hechos estén en un mismo juicio. El asesinato de su mamá es el hecho que desencadena todos los otros. En todos, los hermanos son víctimas", indica Nogueira que hace hincapié en que así "se defienden sus derechos de una mejor manera, más completa".
Por otro, los fiscales intentan con esto evitar que la causa quede sin acusados y que los hermanos no cuenten con un debate oral reparatorio. En ese sentido, queda un obstáculo por sortear: el TOF 1 definió la unificación y fechó la audiencia preliminar del futuro juicio oral para el 21 de septiembre del año próximo. Desde la Unidad Fiscal intentarán que los tiempos se acorten.
Además de la unificación, los fiscales solicitaron y llevaron a cabo otras medidas reparatorias: En diciembre de 2017 se llevó a cabo una audiencia anticipada del juicio en la que Alejandro, María Ester y Carlos, además de su padre, ofrecieron su testimonio. Lo hicieron vía teleconferencia desde Copenhague, Dinamarca.