“El Poder Judicial será feminista o no será”, decía uno de los carteles que se hicieron ver en la histórica Sala AMIA de Comodoro Py, recinto que mostró una impronta diferente a la habitual cuando este lunes se llenó de jueces, juezas, fiscales, trabajadoras y trabajadores, para participar de un acto y jornada de reflexión por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Desde el estrado donde habitualmente se sientan los magistrados que encabezan los diferentes juicios orales, dos juezas se manifestaron a favor de la despenalización del aborto y del cupo femenino en el Poder Judicial y abogaron por una Justicia con perspectiva de género. “Hemos inundado las calles con los pañuelos verdes porque las mujeres hemos decidido tomar el control sobre nuestro propio cuerpo y no permitir que por estereotipos machistas y androcéntricos se nos decida sobre nuestro físico y nuestra sexualidad y si queremos o no continuar con un embarazo”, dijo Ana María Figueroa, jueza de la Cámara Federal de Casación Penal y Coordinadora de la Comisión Género y Justicia, quien organizó el evento junto a la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema y al Colectivo de Trabajadoras de Comodoro Py. Figueroa agregó que “no puede ser considerado natural que más de la mitad de la población sufra diversos tipos de discriminación sin que esto no implique violaciones a nuestro sistema jurídico”.
Si se mira hacia adentro de las dependencias judiciales de todo el país, la participación de las mujeres en igualdad con los varones es una cuenta pendiente. En promedio, un 60 por ciento de los puestos son ocupados por mujeres. Sin embargo, en los puestos de poder la brecha es altísima: en un 80% los cargos jerárquicos son conformados por varones. “Se ve que las mujeres en la Justicia somos muy buenas para organizar, asistir o ser secretarias. Pero para tener poder o tomar decisiones no”, se quejó una de las organizadoras de la jornada. Según detalló Figueroa durante su exposición, en algunos Superiores Tribunales de Justicia del interior del país “la participación de las mujeres es cero”. Es el caso de Chubut, Corrientes, Formosa, Santiago del Estero, La Rioja y Mendoza.
Por su parte, la jueza del fuero laboral Gabriela Vázquez planteó qué significa en concreto juzgar con perspectiva de género. En ese sentido hizo un paralelismo con el rol que deben tener los jueces y juezas del trabajo, es decir, “juzgar sabiendo que hay una relación desigual de Poder y con una sensibilidad especial”. Según Vázquez, “el desafío está en que estamos atravesados por estereotipos patriarcales, mitos y programaciones mentales fundadas en el sistema patriarcal y binario”, por lo que llamó a aplicar las normas nacionales e internacionales sobre igualdad y no discriminación en razón de sexo/género”, teniendo en cuenta esta óptica.
El juez de la Cámara de Casación Juan Carlos Geminiani entró a la Sala ubicada en el subsuelo del edificio de tribunales y se sentó muy cerca del estrado para escuchar los discursos. “Es un provocador”, le dijo a Página/12 una importante funcionaria de la Justicia Federal. Es porque el ex presidente del máximo tribunal penal del país fue sancionado por el Consejo de la Magistratura por acoso laboral y violencia de género contra una empleada, a la que encerró en una oficina tras, supuestamente, haber desobedecido una orden. A pesar de eso, Geminiani participó del acto, hecho que generó el repudio del colectivo de Mujeres Trabajadoras de Comodoro Py.