Una multitud, compuesta en su mayoría por mujeres, llenó las calles del microcentro porteño, en el marco de una “Jornada de lucha continental, plurinacional y feminista contra toda forma de violencia machista y cisheteropatriarcal”. Esta vez, el Día Internacional contra las Violencias involucró como siempre a mujeres, lesbianas, trans, bisexuales y no binaries, pero extendió sus fronteras para repudiar el golpe de Estado en Bolivia y para apoyar la lucha del pueblo chileno. En el documento que se leyó en el cierre, en la Plaza de Mayo, se reclamó por igual “basta de criminalización, asesinato, persecución a nuestro hermano pueblo boliviano” y se apoyó fervorosamente “la lucha chilena que no cesa, a pesar de las cacerías de pacos y milicos” contra los que se manifiestan contra el gobierno de Sebastián Piñera.
El grueso de las manifestantes se concentraron en la esquina de Corrientes y San Martín, mientras que otros grupos se reunieron en el Congreso, para luego confluir ambos hacia el Obelisco, desde donde marcharon hasta la Casa de Gobierno. Las columnas, integradas por organizaciones feministas, sociales, culturales, gremiales y políticas, llenaron Diagonal Norte, desde Carlos Pellegrini hasta Bolívar. A las banderas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito se sumaron las de las demás agrupaciones y se destacaron los grupos que enarbolaron banderas de Bolivia y de Chile. Las manifestantes hicieron oír sus voces a lo largo de la manifestación, pero de manera especial cuando se instalaron frente a las sedes de la Embajada de Bolivia y el Consultado de Chile. Situadas ambas en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires.
Karina es chilena, vive en Santiago y está de visita en Buenos Aires. “En mi país, la protección de la mujer es bastante precaria, pero además están dirigidas a las que conviven con un hombre y no a las parejas de un mismo sexo, y cuando se producen hechos de violencia de género durante el pololeo (noviazgo), no tienen ningún tipo de protección para la mujer agredida”. Agregó que “todo es muy distinto a lo que ocurre en Argentina, donde la violencia extrema se califica como femicidio, allá es homicidio y es muy diferente incluso lo que ocurre en las manifestaciones, que son reprimidas con violencia, mientras que acá en Buenos Aires nos manifestamos sin que la policía nos esté atacando”.
Sandra Baltasar, de 34 años, nació en Oruro, Bolivia, pero desde los 3 vive en Argentina. “Mis familiares en Oruro denuncian que los responsables del Golpe de Estado están asesinando a las mujeres que usan trenzas, que se visten con las polleras típicas (muestra la que lleva puesta en homenaje a sus compatriotas) y están persiguiendo de manera salvaje a todas las comunidades originarias, que son muchas en mi país”. Ella sostiene que lo que está ocurriendo en su país es producto “del racismo que existe, porque hay provincias que se creen superiores a otras en las que viven los pueblos originarios, los dueños de la tierra. En 2006 era muy común ver el maltrato hacia las mujeres que se vestían con las ropas típicas y la gente agachaba la cabeza y no decía nada. Ahora se están levantando, están reclamando por sus derechos y eso es lo que ha provocado este golpe”, encabezado por Luis Fernando Camacho, Jeanine Añez y Carlos Mesa, los tres personajes más repudiados durante la marcha.
Mientras Página/12 dialogaba con Sandra Baltasar, un grupo de mujeres bolivianas, mediante la lectura de textos y la teatralización, recreaban con dolorosa elocuencia las miles de muertes y desapariciones de personas como consecuencia del golpe de Estado cívico-militar que obligó a la renuncia del presidente Evo Morales.
La marcha fue convocada por la Asamblea Feminista Autoconvocada, en contra del golpe, a favor del pueblo chileno y en la Argentina, porque “el aborto legal sea ley de una vez por todas, contra el ajuste, la represión de las fuerzas de seguridad y los despidos”. En el documento que se leyó en la Plaza de Mayo, con Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora como figura central, se denunciaron “las prácticas de tortura, ultraje, violación y violencia sexual que aún siguen vigentes en Chile” y “la criminalización y hostigamiento que apuntan directamente contra los Derechos Humanos de mujeres y disidencias sexuales”. Además del reclamo por el aborto legal en la Argentina, en el documento exigieron la aplicación en todo el territorio del Protocolo por la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y denunciaron al presidente Mauricio Macri por haberlo derogado por decreto.
“Exigimos la aprobación en el Congreso del proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, redactado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que cuenta con el acompañamiento y apoyo de todo nuestro movimiento de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, no binaries y de la mayoría social que ya conquistamos en las calles”. En los cánticos se expresó que el aborto legal debe salir “por el Congreso Nacional o por medio de una consulta popular".