La investigación judicial por los abusos sexuales a niños y adolescentes sordomudos e hipoacúsicos en el Instituto Próvolo en Mendoza está dividida en tres causas. La principal es la que culminó este lunes con la condena de los curas Horacio Corbacho, Nicola Corradi y el ex jardinero Armando Gómez
. Pero aún quedan dos causas locales, una que involucra a la monja japonesa Kosaka Kumiko, acusada de haber participado en vejámenes en el Instituto, y otra en la que están implicadas la ex directora Graciela Pascual y la monja Asunción Martínez, entre otros profesionales de la institución, por "omisión". Además, hay otra causa abierta contra la institución religiosa por abuso sexual de menores internados en el Próvolo de La Plata.
Esta última investigación está en manos de la fiscal Cecilia Cordfield, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio de Delitos Sexuales. Y tiene como imputados a Corradi, su colega Eliseo José Pirmati –quien vive en un asilo eclesiástico de Italia y tiene pedido de extradición- y Jorge Britez, un empleado administrativo.
Según fuentes judiciales, la fiscal solicitó meses atrás el traslado de Corradi a La Plata para su indagatoria, pero le habían informado que debía esperar la finalización del juicio en Mendoza. Ahora, con el juicio concluido, Cordfield insistirá con el pedido para que el cura sea llevado a La Plata.
De acuerdo a la investigación de la fiscalía, en los hechos de abuso sexual ocurridos en el Próvolo de La Plata, hubo una "inusitada violencia desplegada para su comisión que nada la distingue de la aplicación de tormentos e imposición de torturas". Los abusos constatados se cometían los sábados, cuando "disminuía el número de alumnos internados y sólo quedaban los que no tenían familia".
El juez de Garantías de La Plata, Jorge Moya Panisello, al ordenar la detención de Corradi y Pirmati sostuvo en su resolución que las víctimas "a la fecha de los delitos no sólo eran menores de edad sino incapaces en razón de su condición de sordomudos, lo que los convertía en niños indefensos, algunos de ellos sin familia contenedora".
La acusación contra Corradi incluyen los delitos "de abuso sexual simple agravado por su condición de ministro del culto católico y encargado de la guarda por el grave daño en la salud de la víctima y reiterado cuando menos en 3 hechos; y abuso sexual con acceso carnal agravado reiterado en por lo menos 5 hechos en su calidad de partícipe necesario".