Un equipo integrado por jóvenes graduados y estudiantes bajo la coordinación del Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) trabajan en la recuperación de más de ocho mil obras de divulgación científica que conforman la “Biblioteca Sarmiento”, la cual funcionaba en el ex zoológico porteño (hoy Eco Parque) desde principios del siglo XX.
Adolfo Bioy Cásares, hablaba en el prólogo de su novela “El sueño de los héroes” sobre la dificultad de encontrar la génesis de un libro. “Muy en el principio tuvo que haber estado la idea que la realidad puede ser fantástica”, explicaba el autor. Sin embargo, lo más increíble, no siempre es la génesis de un libro, sino, en la otra orilla, su capacidad de trascender. De seguir enseñando y emocionando por más polvo y olvido que parezca impregnarlo.
La Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento llegó a albergar más de 8 mil libros y revistas de divulgación científica y de ciencias naturales y fue punto de encuentro de naturalistas como Florentino Ameghino, Enrique Arribálzaga, Carlos Spegazzini, Enrique Kerner y Juan Ambrosetti.
Creada a fines del siglo XIX por Eduardo Ladislao Holmberg, primer director del Jardín Zoológico Municipal y bautizada en su honor mediante un decreto firmado en 1946 por Mario Perón —hermano de Juan Domingo—, se había transformado rápidamente en orgullo para los científicos argentinos de principios del 1900, pero las privatizaciones y los cambios de gestión, hicieron que fuera cerrada y casi olvidada por el público.
El presente proyecto busca la salvaguarda de los 8.400 títulos especializados en ciencias naturales. Donde hay publicaciones de las universidades de La Plata y de Buenos Aires, del Instituto Smithsoniano y de diversas instituciones nacionales e internacionales.
El recupero se hará, a partir de la elaboración de un plan estratégico integral que comprende la identificación, registro, conservación, relocalización y eventual digitalización del material
Este trabajo de restauración del material no será una tarea fácil. Constará de tres partes: una de clasificación del material (que se calcula que tardará aproximadamente siete meses), una segunda de restauración y de subir un catálogo en línea y una tercera de digitalización del material, así como de relocalización.
Consultada por el Suplemento Universidad, la docente y conservadora Nora Altrudi explicó: “Ahora estamos en una primera etapa que es realizar un control del inventario. Se separa el material y se trabaja en la estabilización y el diagnóstico de lo encontrado. Hay algunos libros que fueron atacados por insectos y hongos y a esos se les realiza un tratamiento especial”.
La limpieza de cada ejemplar encontrado se realizará hoja por hoja y de forma mecánica con pinceleta y goma. Además de reparación y encuadernación de los volúmenes que tengan problemas estructurales.
En esa función trabajan 11 personas. Ocho técnicos, un supervisor y dos coordinadores. Una vez terminado los trabajos de limpieza, restauración y organización, la biblioteca será ubicada en el Templo de Vesta, un edificio circular dentro de Ecoparque, donde funcionó una “sala de lactancia” desde su creación, en 1909.
Sobre la importancia de lo encontrado, Altrudi sostuvo: “Es un material de sumo valor histórico y científico, ya que es una biblioteca muy especializada, con documentación de casi un siglo”.
Ante la pregunta de qué fue lo que más le sorprendió de lo hallado contestó: “Me sorprendió la vinculación con otras partes del mundo y la importancia del zoológico como constructor de conocimiento a nivel mundial. Es increíble ver la cantidad de material que viene de casi todos los puntos del planeta, demostrando así, que era un foco de conocimiento reconocido en todas partes”.
María José Micale trabaja en el Área de Patrimonio del Ecoparque y es quien gestiona a nivel institucional el proyecto de puesta en valor de la biblioteca. Quién no pudo ocultar su entusiasmo cuando habló con el Suplemento sobre el proyecto
“El objetivo del Ecoparque es poner en valor los fondos bibliográficos y archivísticos de la biblioteca a partir de su recuperación y conservación. Es por esto que la institución firmó un convenio con Tarea - Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), reconocida institución dedicada a la conservación y restauración en repositorios públicos y privados”.
“La ley Ecoparque, sancionada el 7 de diciembre del 2016, tiene entre sus objetivos la preservación y restauración de los bienes con protección patrimonial histórica y cultural. Es por eso que solemos articular acciones con reconocidas organizaciones no gubernamentales, universidades y organismos con especialización técnica en materias de preservación y restauración del patrimonio”, cuenta.
Dicha Ley, sancionada por la Legislatura Porteña, dispuso, además, la transformación progresiva del Jardín Zoológico “con el fin de contribuir a la conservación de la biodiversidad, a la promoción de la educación ambiental, al fomento de la innovación para el desarrollo sustentable y a la concientización y recreación de la población por medio de la experiencia interactiva con los componentes de la naturaleza”.
“Por suerte, la mayoría de los libros están en buen estado. Aunque sucios por tantos años y mudanzas”, comentó Altrudi, convencida de que después de 100 años, el camino de los libros recién comienza.