Tres noches de tango con Osvaldo Bayer como bandera. Esa es una buena definición de lo que sucederá entre hoy jueves y el sábado en el 10mo Festival de Tango de La Boca, que tomará el nombre de su padrino, a quien homenajeará. El Festival, pionero en el circuito de festivales tangueros barriales, tuvo desde el primer minuto a Bayer como padrino y lo recibió de brazos abiertos para sus charlas sobre tango y anarquismo. También en ese escenario se estrenó la milonga “Severino”, de su autoría. Por eso, además de los veinte grupos que sonarán esta edición, se hará un mural en su honor y se proyectará la película Mi viejo rebelde, realizada por su hija Ana, quien estará presente.
La apertura, hoy, será en Malevaje Arte Club (Garibaldi 1670), en colaboración con el colectivo Tango Crítico (del ex centro clandestino de detención Olimpo). A las 20 habrá clase y desde las 21 milonga con música en vivo, que incluirá a Vero Koufatti, Lulú, el proyecto Corazón de mujer, El Macanazo, y una exhibición a cargo de Diego Balbi. El viernes la actividad será en el mismo lugar y el foco estará puesto en la figura de Bayer. A las 19.30 el colectivo de muralistas O.B.R.A. pintará las paredes y la cosa seguirá desde las 21 se celebrarán sus tangos libertarios con una milonga con música en vivo. Esa noche habrá “Milonga libertaria” y sonarán en vivo Ana Sofía Stamponi con Rodrigo Ruiz Díaz, Tango Negro y Quiero 24, además de exhibiciones de tango (Fernando Bietti y Angie Hernandez) y folklore (Andrea Hammerschmidt y Adrián Bernal).
La jornada de cierre, el sábado, será en el Cine-Teatro Brown (Almirante Brown 1375) desde las 19 con la proyección del documental de Ana Bayer y desde las 21.30 con un “Orquestazo” que incluirá a la Orquesta Típica Cambio de Frente, a la Atípica Tangorra, Las Chifladas, la Orquesta Típica La Vidú y sus pares de Esquina Sur, con intervenciones del Sindicato de Borrachos del Abasto. Todo, avisan desde la organización, es con entrada libre y gratuita aunque, como siempre, también habrá sobres y gorras para quienes quieran aportar dinero que ayude a sostener el Festival.
“En uno de esos primeros festivales hubo una cumbre con Nelly Omar y Leopoldo Federico”, recuerda Pablo Bernaba, director del Quinteto Negro La Boca y uno de los referentes del festival, del que con el grupo participan desde la primera edición. “Siempre tratamos de que el Festival sea temático, por ejemplo la primera edición fue contra las clausuras, que siguen sucediendo por culpa del Gobierno de la Ciudad y que en ese momento estaban sufriendo mucho espacios tangueros como Malevaje o Sanata –señala-, este año teníamos que homenajearlo”. Por eso también esta edición buscó agregarle un plus a su oferta más allá de lo musical y lo milonguero e incluyó el cine y la plástica.
Entre otras banderas que levantó el festival a lo largo de los años se encuentra la del cupo femenino –hecho ley recientemente- algo que se advierte también en la programación de este año. “Lo venimos sosteniendo y en mayor proporción incluso que la que marca la ley”, se enorgullece Bernaba.
Tanto el Festival de La Boca como los otros encuentros barriales son fundamentales para el desarrollo de distintos grupos, considera el bandoneonista. “Siempre digo que el QNLB se desarrolló de y con esta década festivalera”, plantea. “Además trabajamos con otros actores sociales de este y otros barrios para hacer el Festival de Tango Independiente, fuimos pioneros en el de Barracas, impulsamos el de Tango Punk y colaboramos en casi todos a los que nos invitaron, nos sentimos parte de esta generación, tanto como padres e hijos de esta generación de festivales”, asegura. Fueron, al cabo, espacios para hacer sus primeras armas y escenarios y estrechar lazos de colaboración con colegas y compañeros de ruta. “Pioneros, pero retroalimentados”, describe. “En lo que hace al de La Boca, nos da una cuestión de identidad que también refuerza nuestro lugar dentro del barrio”.
Aunque ahora el QNLB tiene contrato con Sony, sigue enarbolando banderas de autogestión y el hacer desde abajo. “El Festival recibió apoyo en sonido y luces durante el gobierno de Cristina (Fernández de Kirchner), que fue mínimo pero sirvió mucho, a partir del gobierno de Macri y por decisión propia, desistimos del apoyo de Cultura Nación, pero ellos tampoco vinieron a buscarnos, entonces hubo una decisión política de nuestro lado y un desinterés por la cultura del suyo”. Aunque la cosa está difícil en términos económicos, ni Bernaba ni ninguno de los otros organizadores del Festival parece dispuesto a cambiar el rumbo. El camino, como en la filosofía anarquista que planteaba Bayer, está en el trabajo colectivo.