Juan David Sánchez es concejal de Cajicá, un municipio ubicado al norte de Bogotá, Colombia. Es un joven activista por los derechos del colectivo LGBTI que además trabajó varios años con víctimas del conflicto armado. En diálogo con Página/12, este dirigente del Partido Alianza Verde se refiere a las características del proceso de masivas movilizaciones iniciado el 21 de noviembre y condena la actitud del presidente Iván Duque frente al conflicto. Tampoco ahorra críticas frente al brazo armado policial, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) tristemente célebre en las últimas horas por la muerte de Dilan Cruz .

-El 21 de noviembre estalló el conflicto en Colombia con el llamado a paro nacional. ¿Cómo caracterizas esa manifestación masiva?

La marcha surgió como respuesta a una serie de medidas, un paquetón que el presidente Iván Duque quería interponer en el Parlamento. Se trata de medidas impulsadas por el FMI, fundamentalmente una reforma pensional, tributaria y la reducción del salario mínimo para jóvenes. Todo ese paquetón generó una expresión popular de rechazo única en la historia de Colombia. Logró articular a distintos sectores y clases del país. Es un fenómeno inédito porque tenemos un país con diferencias sociales muy marcadas. Cuando se logra que un tema tan transversal atraviese y se articule en las calles se genera una gran revolución como la que estamos viendo.

-¿Se podía prever de alguna forma el estallido?

Esto es solo la punta del iceberg, ya venía un malestar generalizado tras un año del presidente Iván Duque en el gobierno. Venía incumpliendo con el Acuerdo de Paz firmado en La Habana, y a eso se le suma un gabinete que ha cometido errores garrafales: uno de ellos fue sostener al ministro de Defensa Guillermo Botero , responsable de un bombardeo militar donde mataron a niños y los hicieron pasar por guerrilleros. Ellos sabían perfectamente que eran menores. Botero terminó renunciando cuando la situación ya era insostenible.

-¿Cree que existe un paralelismo entre los procesos de protesta y movilizaciones que se dieron, por ejemplo, en Ecuador y Chile?

Bueno, en ambos casos el pueblo está reaccionando a medidas impulsadas por el FMI y la OCDE. Ahí hay un lazo, aunque en Colombia considero que se está dando un proceso más estructural. Algunos sectores sociales y políticos buscan convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, otros directamente piden la renuncia de Duque y muchos en definitiva coinciden en la reivindicación de la lucha social como camino para el cambio.

-¿Evolucionaron las protestas desde aquel 21 de noviembre hasta hoy? ¿Los reclamos y las urgencias siguen siendo las mismas?

No hay que perder de vista que el presidente durante los primeros días negó el paro, y eso generó mayor malestar. El nuevo paro del miércoles arrancó con muchísima presencia en todo el país. Es una bola de nieve que produce hechos inéditos. Por ejemplo, hoy los camioneros bloquearon la Avenida Panamericana, la más importante del país. Sin duda, el asesinato del joven Dilan Cruz a manos del ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) generó un fuerte rechazo, y sobre eso se levantaron las bases populares con mayor fuerza para movilizarse.

-En relación al ESMAD, ¿cómo opera y bajo qué objetivos surge?

El escuadrón es un brazo de la policía que surgió hace unos 20 años. Se formó con la intención de disolver los disturbios en centros urbanos. Hasta ahí podría decirse que es un objetivo normal, algo que puede verse en distintas partes del mundo. Pero en Colombia los entrenaron para ser mercenarios, hasta físicamente son imponentes y tienen varios crímenes de Estado sobre sus espaldas, fundamentalmente varias muertes de estudiantes universitarios. Los agentes usan armas que no están permitidas para evitar protestas. A Dilan lo matan disparándole una bolsa de tela llena de balines, esas armas no pueden utilizarse para disolver. Es una fuerza anacrónica que la derecha utiliza porque no quiere que la gente luche en las calles. Por eso uno de los nuevos pedidos de los convocantes al paro es la disolución del ESMAD.

-Duque respondió al conflicto anunciando tres días sin IVA al año, descuentos en salud para jubilados y un programa de empleo juvenil. ¿Es suficiente?

Por supuesto que no, no representa nada de lo que pide el país. La salud de los jubilados es paupérrima y el Estado lo único que está buscando es que no se jubilen más personas. Un tipo inteligente no le daría la espalda al pedido democrático. La gente ya no respeta y no legitima a Duque como presidente. Incluso uno de los hombres más siniestros de la política colombiana, Fernando Londoño, salió a decir en una entrevista que Duque debería pedir una licencia.

-El gobierno de Duque también ordenó expulsar del país a 60 venezolanos que, en su opinión, estarían incentivando la violencia en las protestas.

Duque tiene dos narrativas de comunicación: el presidente venezolano Nicolás Maduro que ya no le funciona como líder opositor, y el dirigente de izquierda Gustavo Petro, a quien buscan ubicar como cabeza de las movilizaciones. El presidente busca constantemente construir enemigos para dividir y polarizar. Hasta la flamante alcaldesa de Bogotá, Claudia López , salió a pedirle al presidente que reconozca los errores y haga cambios. Es una forma de pedirle que deje de buscar culpables y se de cuenta que el gran culpable de esta situación es él.

Entrevista: Guido Vassallo.