Desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri, todos l..os días hay empresas que cierran, o despiden y se profundiza la caída de la Industria desde diciembre de 2015.
El desempleo ya trepa, según Indec, al 10,6 por ciento, aunque algunas consultoras privadas hablan de más del 12. La actividad manufacturera sumó la destrucción de 154.700 mil puestos de trabajo, desde fines de 2015 a mediados de 2019. Esto equivale a la pérdida de 12 de cada 100 empleos del sector en menos de cuatro años. A comienzos de 2016, había 567.483 firmas registradas, y en agosto pasado se computaban 546.313. Es decir que en ese período hubo una caída de 21.170 empresas.
Existe una herramienta que el gobierno de Mauricio Macri podía haber utilizado para intentar frenar esta realidad, si es que esa era su intención, tal como ellos argumentaban, o era una mentira más de las tantas. Esta herramienta se llama REPRO.
En ocasión de momentos críticos de nuestra economía que hacían peligrar los empleos, se creó el sistema de subsidios conocido por la sigla REPRO que desarrollada, significa la reconversión productiva.
Confieso que mi primera reacción no fue positiva allá por el 2009, cuando mi gobierno le otorgó REPRO a la firma General Motors.
La experiencia aquella demostró mi error, porque esos subsidios no sólo defendieron los puestos existentes en la multinacional automotriz, sino que con el tiempo aumentó su producción y en consecuencia contrató más trabajadores.
Partiendo de la experiencia de General Motors, me pareció interesante ver si seguía funcionando y de qué manera el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) pero detecté que casualmente no hay datos cargados de su implementación desde enero de 2017, ¿será una casualidad? Un gobierno que se dice tan transparente oculta esa información por algún motivo. Entonces me dispuse a seguir las vías institucionales para conseguir la información comunicándome con la coordinadora del programa y solicitando por correo electrónico cuál había sido el monto destinado y a cuántas empresas había beneficiado cada año y su respuesta, la cual agradezco, fue inmediata e informó sobre lo que era el programa y las disposiciones, pero de los datos reales de su aplicación no tuve respuesta. Sólo un párrafo donde decía que iba a solicitar la actualización de los mismos en la página web oficial, cosa que hasta el día de hoy no ocurrió. Supongo, y esto es una suposición mía, que el programa está cada vez más frenado y por eso ocultan la información. Es más, tengo entendido que desde 2017 a la fecha se redujeron sus recursos para cumplir los objetivos.
Llegaron diciendo que todo lo que estaba bien del gobierno anterior lo iban a dejar, y a juzgar por la realidad este programa no lo continuaron en la magnitud que la urgencia de la situación del país lo requería. El Pueblo argentino por suerte no es tonto, y no se dejó engañar nuevamente. Falta poco, viene un tiempo de reconstrucción y de pactos y acuerdos sociales para lograr el bienestar de todos. Y todos tenemos que trabajar en pos de lograrlo.
A partir del 10 de diciembre, lo que se REPROgrama es el destino del país para lograr la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.
* Abogado Laboralista. Presidente de FUENTES.