Recuerdo dos portadas que tuve en el suplemento. La primera tenía un título muy fuerte: “Quise matar al Mono de Kapanga”, y aparecía en primer plano en la foto. Habrá sido hace unos 10 años, y pude contar lo que me estaba pasando en ese momento. Después hice una con Edu Schmidt, de Arbol, cuyo título era “Sólo somos buenos amigos”, y en la foto nos estábamos dando un beso. Antes habíamos aparecido con algún comentario o crítica, en general fueron bastante amables con toda nuestra discografía.

Los que somos old school mantenemos ese romanticismo de agarrar el papel, como con los discos. Estaba bueno esperar al jueves para ver si había salido que tocábamos o que habíamos tocado. Hoy son todos periodistas de rock, cualquiera que maneja una red social es crítico. Lo digital nos sirve muchísimo a las bandas para poder informar más rápidamente lo que nos pasa, pero nosotros cuando aparecíamos en el NO nos sentíamos de la elite. Algunos aparecieron alguna vez y se disolvieron, y otros, los que duramos más de veinte años, seguiremos apareciendo.