Campesinos del Chaco salteño cortaron a partir de las 9 la ruta nacional 81, frente a la Finca Establecimiento El Yuto, de la familia Macri. Lo hicieron ante el incumplimiento del gobierno provincial del compromiso de enviar maíz para alimentar a los animales que están muy enflaquecidos por la falta de agua y comida. El corte se levantó al mediodía, pero en la tarde se reinició, y los manifestantes advirtieron que continuarán con la medida de fuerza hasta que reciban una respuesta concreta.
“Son insensibles, incompetentes, sinvergüenzas, incapaces”, dijo la referente de la Asociación Criolla Guardianes del Monte (ACGM), Mónica Burgos. Sin escatimar en los calificativos, pidió a Salta/12 publicar sus dichos porque aseguró que eso es lo que sienten en estos momentos los pobladores de la zona.
Hace 22 días que los campesinos acampan al costado de la ruta. Y hoy es la segunda vez que cortan la arteria de manera total ante el incumplimiento del acta acuerdo firmada el jueves de la semana pasada con funcionarios del gobierno de Salta. Antes del acampe se hicieron reclamos sin que el gobierno provincial diera respuestas.
Daniel Burgos, miembro también de la ACGM, indicó que funcionarios de tercera línea seguían ayer en Dragones (pueblo del departamento San Martín). La explicación de los funcionarios fue que el camión no podía llegar por carecer de la hoja de ruta que los autoriza a cargar granos. Esto implica un inconveniente con la AFIP. “Dicen que la finca en Campichuelo no los dejó cargar”, contó Daniel Burgos.
El dirigente campesino cuestionó que los funcionarios desconozcan sobre este tema cuando precisamente son parte de una cartera que se dedica a la producción. Ante esa observación, relató que uno de los funcionarios le dijo que “él era del sector de ganadería, no de agricultura, y no tenía por qué conocer de esto”.
La nueva propuesta del Gobierno es llegar con el grano el martes que viene. La respuesta de los campesinos fue levantarse de la reunión y cortar la ruta. “Es lamentable vivir esta situación y peor que el Estado te mienta de una manera tan cruel”, dijo el campesino.
La intransigencia de los pequeños productores rurales tiene que ver con la urgencia que están viviendo. Los animales que han logrado atravesar el invierno generalmente llegan ya flacos, y si al comenzar la primavera no cuentan con brotes y follaje para alimentarse, desmejoran muy rápidamente. Es lo que está pasando, y por eso los campesinos denuncian que hay una pérdida importante en la producción. A eso se suman los padecimientos que implican la muerte por hambre y deshidratación.
En la zona hay muchas aguadas o cañadas que sirven de grandes depósitos de agua. Pero como la sequía se ha extendido, van convirtiéndose en lodazales, donde los animales quedan atrapados al intentar saciar su sed.
En la zona son cerca de 700 familias las que padecen la sequía. Algunas ya perdieron al menos la mitad de su producción. Sin embargo, para el gobierno provincial el porcentaje de pérdida relevado (20%) es insuficiente para declarar la emergencia agropecuaria.