El presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, encabezó en Florencia Varela su primer acto, que marcó el inicio de una nueva etapa política para el dirigente, exiliado de la mesa chica del PRO hace años. Antes del acto, donde reunió cientos de personas, Monzó publicó una opinión en la que dejó en claro su distanciamiento con la línea de Mauricio Macri y Marcos Peña. Advirtió que hay que terminar con los gobiernos que "son tomados por la corte o los obsecuentes" y sostuvo que esas administraciones caen en "el fanatismo el aislamiento del líder político de la realidad". Además pidió reflexionar sobre "los fracasos" del oficialismo. "Cometeríamos un grueso error si apostáramos a lavar las responsabilidades propias para cargárselas al adversario, sin reconocerle -además- ningún mérito ni acierto", dijo. Fue un discurso muy alejado del que maneja hoy el núcleo duro del macrismo.
El acto en Florencio Varela implicó el primer desembarco de Monzó en territorio de María Eugenia Vidal, luego de su distanciamiento con la gobernadora saliente. Los dirigentes vinculados al titular de Diputados fueron expulsados de las listas oficiales este año, lo que motivó una agria conversación entre ellos dos, que no terminó nada bien. Monzó, además, había sido exiliado del armado en provincia de Buenos Aires, desde la campaña de 2015, cuando también tuvo diferencias con la gobernadora.
Por todo esto, el acto en Florencio Varela no pasó desapercibido. Con la consigna "La Tercera (Sección Electoral) con Emilio", el encuentro fue impulsado por el senador provincial Eduardo "Rulo" Schiavo, junto a otros legisladores cercanos a Monzó como Marcelo D'Aletto, Guillermo Bardón y el diputado nacional electo, Sebastián García De Luca. El encuentro iba a ser originalmente en el Salón de Bomberos Voluntarios de Florencio Varela, pero debió ser trasladado por la cantidad de asistentes.
Allí, en un tono calmo, Monzó dijo que su posición dialoguista le trajo "sinsabores, pero también momentos muy felices como el que viví en la Cámara de Diputados". Contó el armado de Cambiemos. "Ese sueño comenzó a empañarse a partir de 2015, cuando la postura fue el contraste con la oposición. Hoy está dejando una grieta más grande, por una cuestión de tentación electoral", advirtió. Criticó que a Nicolás Massot lo traten de "traidor" por sus críticas a la estrategia de campaña. "Tenemos que terminar con esta cultura de desear que le vaya mal al próximo gobierno", amonestó. Reivindicó a los intendentes del PRO que dieron vuelta la elección y pidió volver con otra lógica en 2023. También reconoció como interlocutores a varios gobernadores peronistas.
Antes del encuentro Monzó publicó una columna de opinión en La Nación, en la que dejó varios comentarios para el oficialismo actual: allí pidió "cultivar la artesanía del diálogo, de los vínculos, del entendimiento con el otro, de la cercanía genuina con el ciudadano". También "terminar con ese tipo de gobiernos y comenzar a colocar a funcionarios que tengan responsabilidad y prestigio propios". "A los funcionarios con prestigio propio hay que convencerlos y no ordenarles", remarcó.
También les facturó la polarización que buscaron impulsar con la campaña de este año: "Dividir a los argentinos, exacerbar diferencias, caer en reduccionismos de blanco o negro y apostar a los antagonismos no conduce a una Argentina previsible y constructiva, sino todo lo contrario: nos empuja hacia un mayor estancamiento. Tuve la ilusión en estos últimos cuatro años de poder volver a recuperar la unidad de los argentinos y lamentablemente eso no ha ocurrido. Me duele mucho que todavía los argentinos no estén unidos, que no hayamos eliminado la grieta pero voy a colaborar con cualquier gobierno para poder lograr la unidad de todos los argentinos", sentenció.
Por ahora, el proyecto de Monzó de crear una consultora con Massot parece más lejano que el de seguir dedicándose a la rosca. Habrá que ver si finalmente se decide a armar un bloque propio de diputados del PRO. El futuro jefe de la bancada, Cristian Ritondo, trabaja a contrareloj para impedirlo o restarle bancas. Indica que si se concretara lo dejaría en inferioridad numérica con los radicales para negociar puestos en la Cámara baja y en la Auditoría General de la Nación. Además de García de Luca, ese grupo podría contar con Silvia Lospenatto, Juan Aicega, Eduardo Cáceres, Gabriel Frizza, Manuel Orrego, Domingo Amaya, Antonio Carambia y Felipe Alvarez, con un Omar de Marchi que va y viene. Otros que se podrían sumar son Federico Angelini, Luciano Laspina, Gustavo Hein y Alicia Fregonese. Habrá que ver si la escisión finalmente se concreta.