Los patios del Colegio Salesiano de Salta recordarán haber parido a los Huayra Sale allá por 1995, un proyecto musical de chicos de la secundaria, bajo el padrinazgo de los por entonces ascendentes Los Nocheros (también vinculados a ese colegio, salteño, católico, de varones). Luego vendrá una puesta a punto con modificación de integrantes que sería Los Huayra, con 15 años en los escenarios, siete discos de estudio y giras por Latinoamérica, Canadá, España, Francia y Australia. En 2019, la banda se separó, y parte de ella dio lugar a Ahyre.
Salta/12 conversó en exclusiva con Juan José “El Colo” Vasconcellos, miembro de este grupo humano desde sus comienzos, y uno de los corazones musicales del proyecto.
-Contanos, ¿cómo es esto de arrancar nuevo, casi 25 años después del debut?
-Esto tiene un universo de similitudes y de diferencias. Por un lado, el contacto con la gente está intacto. Hace dos semanas estuvimos en Resistencia (Chaco) y ha sido una sorpresa la respuesta del público, que conocía las canciones nuevas y las de siempre.
Por el lado de las diferencias, creo que pasa por los “colores” estéticos de la música, la cuestión vocal, la cuestión sonora: hacer entrar nuevos jugadores, pero que jueguen en la misma filosofía del equipo. Hay una suerte de liberación, que a lo mejor en Los Huayra estuvo más contenida.
-Te pido me definas qué es Ahyre
-Es una banda de música argentina. Pero esto lo decimos desde antes de este presente, desde hace años. Nuestra raíz y nuestra escencia siempre va a partir de acá: Fronterizos, Cantores del Alba, Tumparenda, Cuarteto Vocal Salta. Todos ellos influyeron y tienen que ver con la genética nuestra. No obstante, la música, y más en esta época de transición en el mundo, es una sola.
-Hay una formación estandar histórica en el folclore, el cuarteto vocal con guitarras y bombo. Luego de eso, Los Nocheros imponen un nuevo estandar sonoro, con batería y bajo, que se ha repetido hasta el hartazgo. ¿Qué aporte hace Ahyre en superar eso?
-Nosotros en algún punto, seguimos respirando esa esencia, con un cuarteto vocal que es el aspecto medular. Y sí, también tiene que ver con que podamos explayar la música e interpretarla de la manera en la que la estamos viendo. Escuchamos música del mundo y de todos los géneros, y vemos que con la perspectiva que por ahí se ha venido intepretando el folclore en los últimos 50 años, no tenés la posibilidad de hacerle transgredir las fronteras musicales. Respeto al 100% a quienes eligen el folclore tradicional. La música electrónica es algo que nos atrae profundamente, y tiene que ver con el loop como columna vertebral, como lo es el bombo en el folclore.
-En los arreglos vocales hay una búsqueda ambiciosa, que no es tan común en el folclore actual, ¿es sólo goce o hay algo de función pedagógica ahí?
-Creo que las dos cosas. El 100% del tiempo de la música tiene que ser de goce, si no no sirve. De ahí viene la búsqueda armónica, cuál es el intervalo o el acorde que nos pone en un momento más alegre, o más melancólico. Pero por otro lado, también es invitar a que nos animemos. Nos ha pasado que en muchos discos vinieron artistas que dijeron: “esto está buenísimo, pero la gente no te lo va a aplaudir”. Para mí el ideal de la música debería ser al revés, el managment debería vender lo que el artista está proponiendo, y no el artista adaptarse a los cánones comerciales. Yo creo que la tercera estrofa de Mariposa Triste es lo menos comercial que existe.
-Recién mencionabas algunos grupos, y hay una sutileza en los arreglos de Mariposa que recuerdan al gospel estadounidense, onda Take 6 por ejemplo, ¿de dónde viene?
-Eso es Lito Nieva (1932-2009). Él fue un adelantado. Para mí, que me toca transitar los caminos de la armonía, siempre es la fuente. Si me preguntás a mí, a Miguel Villalba, a Mario Teruel, a Juancito Rueda, todos te vamos a decir lo mismo: Lito es la fuente, y Los Nombradores (grupo vocal emblema del “sonido Nieva”) es algo insuperable.
-Justamente referimos a Mariposa triste de Daniel Toro, compañero de Nieva en Los Nombradores, ¿qué representa para Ahyre?
-Daniel Toro representa, para todos quienes hemos transitado el camino del folclore, una institución que ha nos dejado muchísimas canciones, que en su manera de componer hace que todos nos sintamos identificados. Hay una belleza melódica y armónica gigante al momento de la composición. Es uno de los compositores favoritos del cancionero popular, y nosotros tenemos una gran fluidez para conectarnos con las canciones de él.
-El primer corte de difusión, Perdiste, cuenta con la participación de Mariana Carrizo, que más allá de lo musical, representa una posición puntual en la agenda de reivindicación de las mujeres.
-La convocatoria de Mariana ha sido con absoluta conciencia. Nosotros también somos parte, y vivimos este cambio sociocultural que se da no sólo en Argentina, sino en Latinoamérica y en el mundo. Y Mariana es una referncia muy grande, porque hoy la mujer ocupa un lugar muy grande en la sociedad, y merecen ese lugar que otro momento no lo tuvieron.
Somos y tratamos de ser lo más respetuosos con las posturas de cada quien. Acá se ha empezado a generar una suerte de polarización que tiene que ver más con íconos que con una idea real. Si nos ponemos a hablar del aborto, creo que ni al pañuelo verde ni al pañuelo celeste le gusta la idea del aborto. ¿Qué se discute? Si se legaliza, para que se haga en mejores condiciones, o si sigue haciéndose como hasta el día de hoy.
Y en ese aspecto, Mariana es una gran referente, que admiramos. Porque hoy afortunadamente la mujer tiene un espacio más grande. Pero en el momento en que esperábamos que eso ocurriese, Mariana fue muy corajuda en dar un paso al frente y decir “yo pienso de esta manera”. Ha sido un privilegio compartir con una mujer, super-empoderada, que está consciente de la realidad de la mujer en la sociedad.
-En el repertorio que sirve de carta de presentación, además de los temas de la banda, hay algo de Abonizzio (El témpano), o Miguel Abuelo (Himno de mi corazón)…
-Nosotros no analizamos las canciones como que pertenecen a algún rebaño. El témpano es una de las obras maestras de la historia argentina. Sumado a que está en 6/8 y coquetea con la chacarera. Pero fundamentalmente nos gusta. Cuando a nosotros nos gusta una canción, no importa si viene del folclore, el rock u otro lado. Tiempo atrás hicimos algo de Fito, de Fandermole, de Silvio Rodríguez.
-En Ahyre hay una gran apuesta por la composición propia, que no es lo común en el folclore. ¿Porqué pasa eso?
-Creo que no todos tienen la inquietud. Quienes la tenemos, nos sentamos a buscar la canción. Siempre voy a pensar que la canción propia define tu camino y tu mensaje. Nadie tiene nada contra “La cerrillana”, “Chacarera del rancho” y esas canciones que fueron parte de una época. Pero tenemos que trabajar para que ese legado siga, y encontrarnos con nuevas canciones. Hay artistas como Daniel Cuevas, Carlitos Nieva, por dar nombres. Pero tiene que ver con animarse. La primer mitad del disco que sale ahora, de siete canciones, cinco son composiciones nuestras.
-¿Estás atento al panorama actual de la música salteña?
-Sí, estoy atento. Tuve la posibilidad de estar como jurado en A los 4 Vientos (certamen organizado por la Municipalidad de Salta), y me llamó muy positivamente la atención que la música de Salta empieza a representar esto que estamos hablando: se presentaron bandas de pop, rock, de reggae. La perspectiva del músico salteño va en camino a poder explayarse, y sin que se pierda la tradición.
Me dí una sorpresa muy grata con La Chochi, que para ser tan chiquita tiene un mensaje tan claro. Ahora también sale una banda nueva de folclore, que es Huk, y hace rato hablábamos de Mentalo; la parte sinfónica también tiene una parte importante y otras que no se me vienen a la cabeza. Creo que hay madera.